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JEREMÍAS 48:1-20

JEREMÍAS 48:1-20 Reina Valera 2020 (RV2020)

Acerca de Moab. Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo, porque fue destruida! ¡Deshonrada y conquistada fue Quiriataim; la ciudadela ha quedado deshonrada y destruida! ¡Nunca más se alabará Moab! En Hesbón maquinaron mal contra ella y dijeron: «¡Venid y borrémosla de entre las naciones!». También tú, Madmena, serás cortada; la espada te perseguirá. ¡Gritos vienen de Horonaim, destrucción y gran quebrantamiento! ¡Moab fue quebrantada: hicieron que se oyera el clamor de sus pequeños!, pues por la cuesta de Luhit la gente sube llorando, porque a la bajada de Horonaim los enemigos oyen gritos de quebranto. ¡Huid, salvad vuestra vida, sed como la retama en el desierto! Por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú también serás conquistada. Quemos será llevado en cautiverio, junto con sus sacerdotes y sus príncipes. Vendrá el destructor a cada una de las ciudades, y ninguna escapará. También el valle será arruinado y arrasada la llanura, como ha dicho el Señor. ¡Dadle alas a Moab, para que se vaya volando!, pues quedarán desiertas sus ciudades hasta no quedar habitantes en ellas. ¡Maldito el que haga con indolencia la obra del Señor! ¡Maldito el que retraiga de la sangre su espada! Tranquilo estuvo Moab desde su juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado; no fue vaciado de vasija en vasija ni nunca estuvo en cautiverio. Por eso conservó su propio sabor y no ha perdido su aroma. Pero vienen días, ha dicho el Señor, en que yo le enviaré gente para que lo trasvasen, vaciarán sus vasijas y romperán sus odres. Y Moab se avergonzará de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-el, su confianza. ¿Cómo, pues, diréis: «Somos hombres valientes y robustos para la guerra»? ¡Moab ha sido destruido, sus ciudades han quedado asoladas y sus jóvenes han sido llevados al degolladero!, ha dicho el Rey, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos. Cercano está el quebrantamiento de Moab, a punto de llegar; mucho se apresura su mal. Compadeceos de él todos los que estáis a su alrededor; y todos los que sabéis su nombre, decid: «¡Cómo se quebró la vara fuerte, el bastón hermoso!». Desciende de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón, porque el destructor de Moab ha subido contra ti, ha destruido tus fortalezas. Párate en el camino y mira, moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, a la que escapó. Dile: «¿Qué ha sucedido?». Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado. ¡Lamentaos a gritos! ¡Anunciad en el Arnón que Moab ha sido destruido!

JEREMÍAS 48:1-20 La Palabra (versión española) (BLP)

Así dice el Señor del universo, Dios de Israel, sobre Moab: ¡Ay de Nebo, desolada! ¡Quiriatáin humillada y conquistada, la fortaleza humillada y deshecha! Nadie volverá a ensalzar a Moab, en Jesbón se fraguó su desgracia: «¡Vamos a extirparla de las naciones!». También Madmén enmudece, la espada corre tras ella. Salen gritos de Joronáin: gran desolación y desastre. Moab está hecha pedazos, lanzan gritos sus pequeños. Por la cuesta de Lujit suben llorando sin parar; por la bajada de Joronáin se oyen gritos desgarradores. Huid, salvad vuestra vida, igual que asno salvaje en la estepa. Por haber confiado en tus obras y tesoros, serás conquistada. Quemós saldrá hacia el destierro, con él sus sacerdotes y dignatarios. El destructor entrará en cada ciudad, de modo que ninguna se salve; los valles quedarán desolados, las llanuras serán esquilmadas —lo ha dicho el Señor. ¡Haced señales a Moab, que salga deprisa! Sus ciudades van a ser desoladas, no quedarán habitantes en ellas. ¡Maldito quien sea negligente en la tarea que encargó el Señor! ¡Maldito quien trate de impedir que su espada se harte de sangre! Moab ha vivido tranquila desde joven, como vino dejado en reposo; no la trasvasaron de vasija a vasija, nunca tuvo que partir al destierro; por eso conserva su sabor y nunca ha perdido su aroma. Pero llegan días —oráculo del Señor— en que enviaré trasvasadores que la trasvasen: vaciarán las vasijas y romperán los recipientes. Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como se avergonzó la casa de Israel de Betel, en quien confiaba. ¿Cómo os atreveréis a decir: «Somos valientes soldados preparados para la guerra»? Sube el destructor de Moab y sus ciudades, baja al matadero la flor de sus guerreros —oráculo del Rey, del Señor del universo. Ya está cerca el desastre de Moab, ya llega su desgracia a toda prisa; lloradla, naciones vecinas, todos los que conocéis su fama. Decid: «¡Ay, cómo se ha roto la vara de mando, el cetro glorioso!». Renuncia a tu esplendor, siéntate en tierra sedienta, población de Dibón; te ataca el devastador de Moab y va a derruir tus fortalezas. Ponte en el camino y vigila, población de Aroer; pregunta al que huye escapado, dile: «¿Qué ha sucedido?». ¡Moab humillada y destruida! Lanzad gritos y alaridos, haced saber por el Arnón que Moab ha sido devastada.

JEREMÍAS 48:1-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Mensaje del Señor todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Moab: “¡Pobre ciudad de Nebo, qué destruida está! ¡Quiriataim fue tomada y humillada! ¡Su fortaleza fue derribada al suelo! El esplendor de Moab ha terminado. En Hesbón los enemigos hacen planes para que Moab, como nación, desaparezca. Tú también, Madmén, serás destruida, y la guerra no dejará de amenazarte. De Horonaim salen gritos: ‘¡Ruina y gran destrucción!’ “Moab está en ruinas; los gritos de dolor llegan hasta Sóar. Con lágrimas en los ojos avanzan los que suben por la cuesta de Luhit; gritan de dolor ante el desastre los que bajan a Horonaim. ¡Huid! ¡Sálvese quien pueda! ¡Sed como la zarza en el desierto! “Moab, tú confiabas en tu fuerza y en tus riquezas, pero también tú serás tomada. Tu dios Quemós irá al destierro con sus sacerdotes y gente importante. La destrucción llegará a todas las ciudades, y ni una sola escapará; el valle y la meseta quedarán en ruinas. Yo, el Señor, lo afirmo. Ponedle una lápida a Moab, porque la van a destruir; sus ciudades quedarán en ruinas y sin ningún habitante.” (¡Maldito el que no haga con gusto el trabajo que el Señor encarga! ¡Maldito el que se niegue a tomar parte en la matanza!) Moab siempre ha vivido en paz, nunca ha tenido que ir al destierro. Es como el vino que se deja asentar, que no se pasa de una vasija a otra y por eso nunca pierde su sabor ni su aroma. Pero el Señor afirma: “Va a llegar el día en que yo enviaré gente que vierta ese vino en otras vasijas y que haga pedazos las vasijas vacías. Entonces Moab se sentirá defraudado por su dios Quemós, así como Israel se sintió defraudado por Betel, en quien tenía puesta su confianza. “Que no diga Moab: ‘Somos valientes, guerreros poderosos.’ Ya llega el destructor de Moab y sus ciudades; lo mejor de su juventud morirá. Lo afirma el Rey, cuyo nombre es el Señor todopoderoso. El desastre de Moab se acerca; su desgracia está a punto de llegar. Vecinos de Moab y todos los que conocéis su fama, llorad por él y decid: ‘¡Mirad cómo quedó deshecho su dominio tan fuerte y glorioso!’ “Baja de tu sitio de honor, ciudad de Dibón, y siéntate en el suelo reseco, porque el destructor de Moab avanza contra ti y ha destruido tus fortificaciones. Ciudad de Aroer, párate al lado del camino y mira; pregunta a los sobrevivientes qué es lo que pasó. Moab está humillado, lleno de terror. ¡Llorad de dolor por él! ¡Anunciad en el río Arnón que Moab ha sido destruido!”

JEREMÍAS 48:1-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Moab: «¡Ay de Nebo, porque será devastada! ¡Quiriatayin será capturada y puesta en vergüenza! ¡Su fortaleza será humillada y destruida! La gloria de Moab ha desaparecido; en Hesbón maquinan el mal contra ella: “¡Venid, hagamos desaparecer a esta nación!” También tú, Madmén, serás silenciada, y la espada te perseguirá. Se oye el clamor desde Joronayin: ¡devastación y gran destrucción! Moab será quebrantada; ya se oyen los gritos de sus pequeños. Por la cuesta de Luhit suben llorando sin cesar; por la bajada de Joronayin se oyen gritos de dolor, por causa de la destrucción. ¡Huid! ¡Sálvese quien pueda! ¡Sed como las zarzas del desierto! Por cuanto confías en tus obras y en tus riquezas, también tú serás capturada. Quemós, tu dios, irá al exilio, junto con sus sacerdotes y oficiales. El destructor vendrá contra toda ciudad, y ni una sola de ellas escapará. El valle quedará en ruinas, y la meseta quedará destruida, tal como ha dicho el SEÑOR. Colocad una lápida para Moab, porque yace destruida; sus ciudades están desoladas, y sin habitante alguno. »¡Maldito el que sea negligente para realizar el trabajo del SEÑOR! ¡Maldito el que de la sangre retraiga su espada! »Moab ha vivido en paz desde su juventud; ha reposado sobre sus heces. No ha pasado de vasija en vasija, ni ha ido jamás al exilio. Por eso conserva su sabor y no pierde su aroma. Pero vienen días —afirma el SEÑOR— en que enviaré gente que transvasará a Moab; y vaciará sus vasijas y romperá sus cántaros. Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como el pueblo de Israel se avergonzó de Betel, santuario en el que había depositado su confianza. »¿Cómo os atrevéis a decir: “Somos guerreros, hombres valientes para la guerra”? Moab será devastada y sus ciudades, invadidas —afirma el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR Todopoderoso—: Lo mejor de su juventud descenderá al matadero. La ruina de Moab se acerca; su calamidad es inminente. Llorad por él todos sus vecinos, los que sabéis de su fama. Decid: “¡Cómo se ha quebrado el cetro tan poderoso e imponente!” »Tú, que habitas en Dibón: desciende de tu lugar de honor y siéntate en el sequedal, porque el destructor de Moab te ataca y destruye tus fortificaciones. Tú, que habitas en Aroer, párate a la vera del camino, y observa; pregunta a los que huyen, hombres y mujeres: “¿Qué es lo que ha sucedido?” Moab está humillado; ha sido destrozado. ¡Gemid y clamad! ¡Anunciad por el río Arnón que Moab ha sido devastado!