JEREMÍAS 3:1-5
JEREMÍAS 3:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Si un hombre repudia a su mujer y esta se va de su lado, y se casa con otro hombre, ¿volverá el primero a ella?, ¿no es ya tierra profanada? Y tú, que te has prostituido con tantos y tantos amantes, ¿vas ahora a volver a mí? Alza tu mirada a las dunas, ¿dónde no has sido gozada? Los esperabas sentada en los caminos, igual que un beduino en el desierto, y así has profanado la tierra con tus infames fornicaciones. Fallaron los chaparrones y las lluvias no llegaron, mas tú, ramera descarada, te resistías a humillarte. Ahora vienes y me dices: «Padre, amor de mi primera juventud, ¿me guardarás rencor por siempre?, ¿me vas a vigilar eternamente?». Así hablabas, mientras hacías todas las maldades que podías.
JEREMÍAS 3:1-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dicho está: Si alguno deja a su mujer, y esta se va de él y se junta a otro hombre, ¿volverá el primer esposo de nuevo a ella? ¿No será tal tierra del todo mancillada? Tú, pues, que has fornicado con muchos amantes, ¿habrás de volver a mí?, dice el Señor. Alza tus ojos a las alturas, y ve si hay algún lugar donde no te hayas prostituido. Junto a los caminos te sentabas para ellos como un árabe en el desierto, y con tus fornicaciones y tu maldad has contaminado la tierra. Por esta causa las aguas fueron detenidas y faltó la lluvia tardía. Te has mostrado como una prostituta, y no has querido avergonzarte. ¿Acaso no me llamas ahora mismo Padre mío, y Guía de mi juventud? Tu dices: «¿Guardará su enojo para siempre? ¿Eternamente lo guardará?». Has hablado así, pero has hecho cuantas maldades pudiste.
JEREMÍAS 3:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Si un hombre repudia a su mujer y esta se va de su lado, y se casa con otro hombre, ¿volverá el primero a ella?, ¿no es ya tierra profanada? Y tú, que te has prostituido con tantos y tantos amantes, ¿vas ahora a volver a mí? Alza tu mirada a las dunas, ¿dónde no has sido gozada? Los esperabas sentada en los caminos, igual que un beduino en el desierto, y así has profanado la tierra con tus infames fornicaciones. Fallaron los chaparrones y las lluvias no llegaron, mas tú, ramera descarada, te resistías a humillarte. Ahora vienes y me dices: «Padre, amor de mi primera juventud, ¿me guardarás rencor por siempre?, ¿me vas a vigilar eternamente?». Así hablabas, mientras hacías todas las maldades que podías.
JEREMÍAS 3:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor dice: “Si un hombre se divorcia de su mujer, y ella, al separarse, se casa con otro, el primero no volverá a unirse con ella. ¡Eso sería una grave ofensa al país! Sin embargo, tú, Israel, te has prostituido con muchos amantes, ¡y ahora quieres volver a mí! Yo, el Señor, lo afirmo. “Mira las lomas peladas, fíjate bien: ¿dónde no te has dejado deshonrar? Sentada como un árabe del desierto, esperabas a tus amantes a la orilla del camino. ¡Has manchado el país con tu prostitución y tu maldad! Por eso han faltado las lluvias en invierno y primavera. Tienes el descaro de una prostituta; ¡debería darte vergüenza! Hace poco me decías: ‘Padre mío, amigo de mi juventud, ¿vas a estar siempre enojado?, ¿te va a durar la ira para siempre?’ Y mientras decías esto, hacías todo el mal que podías.”
JEREMÍAS 3:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Supongamos que un hombre se divorcia de su mujer, y que ella lo deja para casarse con otro. ¿Volvería el primero a casarse con ella? ¡Claro que no! Semejante acción contaminaría por completo la tierra. Pues bien, tú te has prostituido con muchos amantes, y ya no podrás volver a mí —afirma el SEÑOR—. »Fíjate bien en esas lomas estériles: ¡Dónde no se han acostado contigo! Como un beduino en el desierto, te sentabas junto al camino, a la espera de tus amantes. Has contaminado la tierra con tus infames prostituciones. Por eso se demoraron las lluvias, y no llegaron los aguaceros de primavera. Tienes el descaro de una prostituta; ¡no conoces la vergüenza! No hace mucho me llamabas: “Padre mío, amigo de mi juventud, ¿vas a estar siempre enojado? ¿Guardarás rencor eternamente?” Y mientras hablabas, hacías todo el mal posible».