JEREMÍAS 11:18-23
JEREMÍAS 11:18-23 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor me hizo saber que mis enemigos estaban tramando algo malo. Él me abrió los ojos, para que me diera cuenta. Yo estaba tranquilo, como un cordero que llevan al matadero, sin saber que estaban haciendo planes contra mí. Decían: “Cortemos el árbol ahora que está en todo su vigor; arranquémoslo de este mundo de los vivientes, para que nadie vuelva a acordarse de él.” Pero tú, Señor todopoderoso, eres un juez justo; tú conoces hasta lo más íntimo del hombre. Hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos. Y a los hombres de Anatot, que buscaban mi muerte y me ordenaban que no hablara en nombre del Señor, si no quería que me mataran, el Señor todopoderoso les dice: “Voy a ajustar cuentas con vosotros: los jóvenes morirán en la guerra, y vuestros hijos e hijas morirán de hambre. No quedará ni uno solo de ellos, porque viene el día en que yo ajustaré cuentas con vosotros, hombres de Anatot, y traeré sobre vosotros la calamidad.”
JEREMÍAS 11:18-23 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR me lo hizo saber y lo comprendí. Me mostró las maldades que habían cometido. Pero yo era como un manso cordero que es llevado al matadero; no sabía lo que estaban maquinando contra mí, y que decían: «Destruyamos el árbol con su fruto, arranquémoslo de la tierra de los vivientes, para que nadie recuerde más su nombre». Pero tú, SEÑOR Todopoderoso, que juzgas con justicia, que pruebas los sentimientos y la mente, ¡déjame ver cómo te vengas de ellos, porque en tus manos he puesto mi causa! «Por eso, así dice el SEÑOR en contra de los hombres de Anatot, que buscan quitarte la vida y afirman: “¡No profetices en nombre del SEÑOR, si no quieres morir a manos nuestras!” Por eso, así dice el SEÑOR Todopoderoso: “Voy a castigarlos. Los jóvenes morirán a filo de espada, y sus hijos y sus hijas se morirán de hambre. No quedará ni uno solo de ellos. En el año de su castigo haré venir una calamidad sobre los hombres de Anatot”».
JEREMÍAS 11:18-23 Reina Valera 2020 (RV2020)
El Señor me lo hizo saber, y lo supe; entonces me hiciste ver sus obras. Yo era como un cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, y decían: «Destruyamos el árbol con su fruto, cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre». Pero tú, Señor de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón, déjame ver tu venganza sobre ellos, porque ante ti he expuesto mi causa. Por tanto, así ha dicho el Señor acerca de los hombres de Anatot que buscan tu vida y te ordenan: «No profetices en nombre del Señor, para que no mueras a manos nuestras». Así, pues, ha dicho el Señor de los ejércitos: Yo los castigaré: los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre. No quedará ni un resto de ellos, pues yo traeré el mal sobre los hombres de Anatot, en el año de su castigo.
JEREMÍAS 11:18-23 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor me lo explicó y lo supe. Señor, me hiciste ver lo que tramaban. Yo era un cordero llevado al matadero; no sabía que andaban maquinando mi muerte: «Destruyamos el árbol en pleno verdor, vamos a arrancarlo del mundo de los vivos, que su nombre no vuelva a ser mencionado». Señor del universo, juez justo, que sondeas lo que sentimos y pensamos, quiero ver cómo te vengas de ellos, pues a ti he encomendado mi causa. Pues bien, el Señor se dirige a los de Anatot que tratan de matarte y andan diciendo: «No profetices en el nombre del Señor y no tendremos que darte muerte». Esto es lo que dice el Señor del universo: Voy a tomarles cuentas: los jóvenes morirán a espada; sus hijos e hijas morirán de hambre. No les quedará ni un resto, pues pienso traer una desgracia a la gente de Anatot el año en que venga a pedir cuentas.