JUECES 6:11-24
JUECES 6:11-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita. Su hijo Gedeón, estaba trillando el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas, cuando se le apareció el ángel del Señor y le dijo: —El Señor está contigo, valiente guerrero. Gedeón le respondió: —Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas esas maravillas que nuestros padres nos han contado? Pues decían: «¿No nos sacó el Señor de Egipto?». Y ahora el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de los madianitas. Lo miró el Señor y le dijo: —Ve con esta tu fuerza y salvarás a Israel de manos de los madianitas. ¿No te envío yo? Gedeón le respondió de nuevo: —Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo soy el menor en la casa de mi padre. El Señor le dijo: —Ciertamente, yo estaré contigo, y tú derrotarás a los madianitas como si se tratara de un solo hombre. Él respondió: —Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. El Señor le contestó: —Yo esperaré hasta que vuelvas. Gedeón se fue, preparó un cabrito y con un saco de harina hizo panes sin levadura, puso la carne en un canastillo y el caldo en una olla, lo sacó y se lo presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: —Toma la carne y los panes sin levadura, ponlos sobre esta peña y vierte el caldo sobre ellos. Él lo hizo así. Extendió el ángel del Señor el cayado que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Luego el ángel del Señor desapareció de su vista. Al ver Gedeón que era el ángel del Señor, dijo: —Ah, Señor, he visto al ángel del Señor cara a cara. Pero el Señor le dijo: —La paz sea contigo. No tengas temor, no morirás. Gedeón edificó allí altar al Señor y lo llamó: Adonay-Shalom, esto es, «El Señor es la paz» . Este altar permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.
JUECES 6:11-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Vino el ángel del Señor y se sentó bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiecer. Su hijo Gedeón estaba desgranando trigo en la bodega para ocultárselo a Madián, cuando el ángel del Señor se le apareció y le dijo: —El Señor está contigo, valiente guerrero. Contestó Gedeón: —Perdón, señor mío. Si el Señor está con nosotros, ¿cómo es que nos ocurre todo esto? ¿Dónde quedan todos esos prodigios que nos cuentan nuestros padres, cuando nos dicen que el Señor nos hizo salir de Egipto? Pero ahora el Señor nos ha abandonado, nos ha entregado en manos de Madián. El Señor se volvió hacia él y le dijo: —Vete y, con esa fuerza que tienes, salva a Israel del dominio de Madián. Soy yo el que te envío. Le respondió Gedeón: —Perdón, señor mío, ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mi clan es el más insignificante de la tribu de Manasés y yo el último en la familia de mi padre. El Señor le respondió: —Yo estaré contigo, y derrotarás a Madián como si se tratara de un solo hombre. Gedeón le dijo: —Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres realmente tú el que estás hablando conmigo. No te marches de aquí, por favor, hasta que yo vuelva. Te traeré mi ofrenda y te la pondré delante. El ángel del Señor respondió: —Aquí me quedaré hasta que vuelvas. Gedeón se fue, preparó un cabrito y con una medida de harina hizo unas tortas sin levadura; puso la carne en un canastillo y el caldo en una olla, y se lo llevó todo debajo de la encina. Cuando se acercaba, le dijo el ángel del Señor: —Toma la carne y las tortas sin levadura, ponlas sobre esa roca y vierte el caldo. Gedeón lo hizo así. Entonces el ángel del Señor alargó la punta del bastón que tenía en la mano y tocó la carne y las tortas sin levadura. De la roca salió un fuego que consumió la carne y las tortas sin levadura. Y el ángel del Señor desapareció de su vista. Gedeón se dio cuenta de que era el ángel del Señor y exclamó: —¡Ay mi Dios y Señor, que he visto cara a cara al ángel del Señor! Pero el Señor le dijo: —La paz sea contigo. No temas, no morirás. Gedeón levantó allí un altar al Señor que llamó Señor-Paz y que todavía hoy está en Ofrá de Abiecer.
JUECES 6:11-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces vino el ángel del Señor y se sentó bajo la encina que estaba en Ofrá, y que pertenecía a Joás, que era del clan de Abiézer. Gedeón, el hijo de Joás, estaba limpiando el trigo a escondidas, en el lagar, para que los madianitas no lo vieran. El ángel del Señor se le apareció y le dijo: –¡El Señor está contigo, hombre fuerte y valiente! Y Gedeón contestó: –Perdón, señor, pero si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos pasa todo esto? ¿Dónde están todos los milagros de que hablaban nuestros antepasados, cuando decían que el Señor nos sacó de Egipto? El Señor nos ha abandonado y nos ha entregado al poder de los madianitas. El Señor le miró y le dijo: –Usa la fuerza que tienes para ir a salvar a Israel del poder de los madianitas. Yo soy el que te envía. Pero Gedeón volvió a contestar: –Una vez más, perdón, Señor, pero ¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más pobre de toda la tribu de Manasés y yo soy el menor de mi familia. El Señor le respondió: –Podrás hacerlo porque yo estaré contigo. Derrotarás a los madianitas como quien derrota a un solo hombre. Entonces Gedeón dijo: –Si me he ganado tu favor, dame una prueba de que realmente eres tú quien habla conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo vuelva con una ofrenda que te quiero presentar. Y el Señor le aseguró: –Aquí estaré, esperando tu regreso. Gedeón se fue y preparó un cabrito, y con unos veinte litros de harina hizo panes sin levadura; luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla, y se lo llevó todo hasta la encina. El ángel de Dios le mandó poner sobre una roca la carne y los panes sin levadura, y derramar el caldo. Después que Gedeón hizo lo que se le había mandado, el ángel tocó la carne y los panes con la punta del bastón que tenía en la mano, y de la roca salió fuego que consumió la carne y los panes; luego el ángel del Señor desapareció de su vista. Al darse cuenta Gedeón de que se trataba del ángel del Señor, dijo: –¡Ay Señor, Señor! ¡He visto cara a cara al ángel del Señor! Pero el Señor le contestó: –No tengas miedo, que no vas a morir. Recibe mi paz. Entonces Gedeón construyó allí un altar en honor del Señor, y lo llamó “El Señor es la paz”. Este altar todavía está en Ofrá, ciudad del clan de Abiézer.
JUECES 6:11-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El ángel del SEÑOR vino y se sentó bajo la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba trillando trigo en un lagar, para protegerlo de los madianitas. Cuando el ángel del SEÑOR se le apareció a Gedeón, le dijo: ―¡El SEÑOR está contigo, guerrero valiente! ―Pero, señor —replicó Gedeón—, si el SEÑOR está con nosotros, ¿cómo es que nos sucede todo esto? ¿Dónde están todas las maravillas que nos contaban nuestros padres, cuando decían: “¡El SEÑOR nos sacó de Egipto!”? ¡La verdad es que el SEÑOR nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de Madián! El SEÑOR lo miró y le dijo: ―Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía. ―Pero, señor —objetó Gedeón—, ¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más insignificante de mi familia. El SEÑOR respondió: ―Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo. ―Si me he ganado tu favor, dame una señal de que en realidad eres tú quien habla conmigo —respondió Gedeón—. Te ruego que no te vayas hasta que yo vuelva y traiga mi ofrenda y la ponga ante ti. ―Esperaré hasta que vuelvas —le dijo el SEÑOR. Gedeón se fue a preparar un cabrito; además, con una medida de harina hizo panes sin levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla, y los llevó y se los ofreció al ángel bajo la encina. El ángel de Dios le dijo: ―Toma la carne y el pan sin levadura, y ponlos sobre esta roca; y derrama el caldo. Y así lo hizo Gedeón. Entonces, con la punta del bastón que llevaba en la mano, el ángel del SEÑOR tocó la carne y el pan sin levadura, ¡y de la roca salió fuego, que consumió la carne y el pan! Luego el ángel del SEÑOR desapareció de su vista. Cuando Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel del SEÑOR, exclamó: ―¡Ay de mí, SEÑOR y Dios! ¡He visto al ángel del SEÑOR cara a cara! Pero el SEÑOR le dijo: ―¡Quédate tranquilo! No temas. No vas a morir. Entonces Gedeón construyó allí un altar al SEÑOR, y lo llamó «El SEÑOR es la paz», el cual hasta el día de hoy se encuentra en Ofra de Abiezer.