SANTIAGO 1:16-22
SANTIAGO 1:16-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
Amados hermanos míos, no os engañéis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos las primicias de su creación. Por esto, mis amados hermanos, sed todos diligentes para oír, pero lentos para hablar y lentos para airarse, porque un hombre airado no es capaz de actuar conforme a la justicia de Dios. Por eso, dejando toda inmundicia y tanta maldad, recibid con docilidad la palabra plantada en vosotros, la cual puede salvar vuestras almas. Sed hacedores de la palabra y no tan solo oidores, de manera que os engañéis a vosotros mismos.
SANTIAGO 1:16-22 La Palabra (versión española) (BLP)
Hermanos míos queridos, no os engañéis. Todo beneficio y todo don perfecto bajan de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay cambios ni períodos de sombra. Él, por su libre voluntad, nos engendró mediante la palabra de la verdad para que seamos como primeros frutos entre sus criaturas. Sabed, hermanos míos queridos, que es preciso ser diligentes para escuchar, parcos al hablar y remisos en airarse, ya que el airado no es capaz de portarse con rectitud ante Dios. Por tanto, renunciando a todo vicio y al mal que nos cerca por doquier, acoged dócilmente la palabra que, plantada en vosotros, es capaz de salvaros. Pero se trata de que pongáis en práctica esa palabra y no simplemente que la oigáis, engañándoos a vosotros mismos.
SANTIAGO 1:16-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Queridos hermanos míos, no os engañéis: todo lo bueno y perfecto que se nos da, procede de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay cambios ni sombras. Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. Recordad esto, queridos hermanos: todos debéis estar dispuestos a escuchar; en cambio, debéis ser lentos para hablar y para enojaros, porque el hombre enojado no hace lo que agrada a Dios. Así pues, despojaos de todo lo impuro y de la maldad que tanto abunda, y aceptad humildemente el mensaje sembrado en vuestro corazón. Ese mensaje tiene poder para salvaros. Pero no basta con oir el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario os estaríais engañando a vosotros mismos.
SANTIAGO 1:16-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Mis queridos hermanos, no os engañéis. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras. Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación. Mis queridos hermanos, tened presente esto: Todos debéis estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojaros; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. Por esto, despojaos de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que podáis recibir con humildad la palabra sembrada en vosotros, la cual tiene poder para salvaros la vida. No os contentéis solo con escuchar la palabra, pues así os engañáis vosotros mismos. Llevadla a la práctica.