ISAÍAS 64:5-7
ISAÍAS 64:5-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Saliste al encuentro del que con alegría practicaba la justicia, de quienes se acordaban de ti según tus caminos. Pero tú te enojaste porque pecamos, porque en nuestros pecados hemos perseverado largo tiempo. ¿Podremos acaso ser salvos?, pues todos nosotros somos como cosa impura, todas nuestras justicias como trapo de inmundicia. Todos nosotros caímos como las hojas, y nuestras maldades nos llevaron como el viento. ¡Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti! Por eso escondiste de nosotros tu rostro y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
ISAÍAS 64:5-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Todos somos como gente impura, valemos lo que ropa contaminada; todos nos marchitamos como hojarasca, nuestra culpa nos arrastra como el viento. No hay quien invoque tu nombre, ni se desvele por aferrarse a ti. Nos has ocultado tu rostro y nos has abandonado a nuestras culpas. Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros el barro y tú el alfarero; todos somos obra de tus manos.
ISAÍAS 64:5-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Tú aceptas a quien hace el bien con alegría y se acuerda de hacer lo que tú quieres. Pero estás enojado porque hemos pecado; porque desde hace mucho te hemos ofendido. Todos nosotros somos como un hombre impuro y todas nuestras buenas obras como un trapo sucio; todos hemos caído como hojas marchitas y nuestros crímenes nos arrastran como el viento. No hay nadie que te invoque ni se esfuerce por apoyarse en ti; por eso te ocultaste de nosotros, nos has abandonado a causa de nuestra maldad.
ISAÍAS 64:5-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Sales al encuentro de los que, alegres, practican la justicia y recuerdan tus caminos. Pero te enojas si persistimos en desviarnos de ellos. ¿Cómo podremos ser salvos? Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento. Nadie invoca tu nombre, ni se esfuerza por aferrarse a ti. Pues nos has dado la espalda y nos has entregado en poder de nuestras iniquidades.