ISAÍAS 63:8-14
ISAÍAS 63:8-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
Porque él me ha dicho: «Ellos son mi pueblo, hijos que no mienten». Y se convirtió en su salvador. Si ellos se angustiaban, también él lo hacía, y su ángel mismo acudió a salvarlos; en su amor y en su clemencia los redimió, los trajo y los levantó como hizo siempre en tiempos pasados. Mas ellos fueron rebeldes e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo y él mismo peleó contra ellos. Sin embargo, se acordaron de aquellos tiempos antiguos, de Moisés y de su pueblo, y dijeron: «¿Dónde está el que los hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu, el que los guio por la diestra de Moisés y con el poder de su brazo, el que dividió las aguas delante de ellos, y se hizo así un nombre eterno? ¿Dónde el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?». El espíritu del Señor los pastoreó como a una bestia que desciende al valle. Así pastoreaste a tu pueblo para hacerte un nombre glorioso.
ISAÍAS 63:8-14 La Palabra (versión española) (BLP)
Dijo: Son ellos mi pueblo, hijos que no defraudarán. Y fue para ellos salvador en todos sus peligros. No usó mensajeros ni enviados, él en persona los salvó; llevado de su amor y compasión, él mismo los rescató; los liberó y cargó con ellos todos los días de antaño. Pero ellos acabaron rebelándose, afligieron su santo espíritu; y él se convirtió en su enemigo, e hizo la guerra contra ellos. Se acordaron de los días de antaño, de los tiempos de Moisés y su pueblo: ¿Dónde está el que los sacó del mar, junto con el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que su santo espíritu infundió en su interior? ¿Dónde el que puso su glorioso poder al servicio del brazo de Moisés; el que hendió las aguas ante ellos creándose fama perpetua; el que los condujo por el fondo del mar, como caballos por la estepa, sin tropezar, como animales que descienden al valle? El espíritu del Señor los guió hasta su lugar de descanso. Así condujiste a tu pueblo, ganándote fama y honor.
ISAÍAS 63:8-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Él dijo: “Ellos son mi pueblo, hijos que no habrán de traicionarme.” Y los salvó de todas sus aflicciones. No fue un enviado suyo quien los salvó; fue el Señor en persona. Él los liberó por su amor y su misericordia, los levantó, los tomó en brazos. Así lo ha hecho siempre. Pero se rebelaron contra el Señor y ofendieron su santidad; por eso se les volvió enemigo y les hizo la guerra. Ellos se acordaron de los tiempos antiguos, de Moisés, que liberó a su pueblo, y se preguntaban: “¿Dónde está Dios, que salvó del Nilo a Moisés, pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en Moisés su santo espíritu, el que hizo que su glorioso poder acompañara a Moisés, el que dividió el mar delante de su pueblo para alcanzar fama eterna, el que los hizo pasar por el fondo del mar sin resbalar, como caballos por el desierto, como ganado que baja a la llanura?” El espíritu del Señor los guiaba. Así condujo a su pueblo y alcanzó fama y gloria.
ISAÍAS 63:8-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Declaró: «Verdaderamente son mi pueblo, hijos que no me engañarán». Así se convirtió en el Salvador de todas sus angustias. Él mismo los salvó; no envió un emisario ni un ángel. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en sus brazos como en los tiempos de antaño. Pero ellos se rebelaron y afligieron a su santo Espíritu. Por eso se convirtió en su enemigo, y luchó él mismo contra ellos. Su pueblo recordó los tiempos pasados, los tiempos de Moisés: ¿Dónde está el que los guio a través del mar, como guía el pastor a su rebaño? ¿Dónde está el que puso su santo Espíritu entre ellos, el que hizo que su glorioso brazo marchara a la derecha de Moisés, el que separó las aguas a su paso, para ganarse renombre eterno? ¿Dónde está el que los guio a través del mar, como a caballo en el desierto, sin que ellos tropezaran? El Espíritu del SEÑOR les dio descanso, como a ganado que pasta en la llanura. Fue así como guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.