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ISAÍAS 61:1-9

ISAÍAS 61:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)

El espíritu del Señor Dios me acompaña, pues el propio Señor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones destrozados, a proclamar la libertad a los cautivos, a gritar la liberación a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor y un día de venganza de parte de nuestro Dios; a dar consuelo a los que están de luto, a cubrirlos de honor en lugar de polvo, de perfume de fiesta en lugar de penas, de traje festivo en lugar de abatimiento. Los llamarán «robles fruto de la justicia», plantío para gloria del Señor. Reconstruirán las ruinas antiguas, reedificarán los escombros de antaño, renovarán las ciudades devastadas, los escombros abandonados por generaciones. Se verán extraños pastoreando vuestro ganado, extranjeros trabajarán vuestros campos y viñas, y a vosotros os proclamarán sacerdotes del Señor, os llamarán servidores de nuestro Dios. Os haréis con la riqueza de las naciones, sus posesiones pasarán a vuestras manos. A cambio de su vergüenza doblada, hecha de ultrajes y de oprobio, poseerán doble recompensa en su tierra, serán felices para siempre. Yo, el Señor, amo la justicia, detesto el pillaje y el crimen; les daré cumplida recompensa, haré con ellos una alianza eterna. Sus hijos serán famosos entre las naciones, sus vástagos entre todos los pueblos. Todos los que los vean reconocerán que son la estirpe bendita del Señor.

ISAÍAS 61:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)

El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido el Señor. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a anunciar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad del Señor y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los que están de luto; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Serán llamados «Árboles de justicia», «Plantío del Señor», para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, levantarán lo que antes fue asolado y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. Extranjeros apacentarán vuestras ovejas e hijos de extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Vosotros seréis llamados sacerdotes del Señor, ministros de nuestro Dios se os dirá. Comeréis las riquezas de las naciones y con su gloria seréis enaltecidos. En lugar de vuestra doble vergüenza y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual, en su tierra poseerán doble porción y tendrán perpetuo gozo. Yo, el Señor, amo la justicia, y aborrezco el robo para holocausto. Por eso, afirmaré en verdad su obra y haré con ellos pacto eterno. La descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus vástagos en medio de los pueblos. Todos los que los vean reconocerán que son un linaje bendito del Señor.

ISAÍAS 61:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

El Espíritu del SEÑOR omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del SEÑOR y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes de Sión. Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia, plantío del SEÑOR, para mostrar su gloria. Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones. Gente extraña pastoreará vuestros rebaños, y vuestros campos y viñedos serán labrados por un pueblo extranjero. Pero a vosotros os llamarán «sacerdotes del SEÑOR»; os dirán «ministros de nuestro Dios». Os alimentaréis de las riquezas de las naciones, y os jactaréis de los tesoros de ellas. En vez de vuestra vergüenza, mi pueblo recibirá doble porción; en vez de deshonra, se regocijará en su herencia; y así en su tierra recibirá doble herencia, y su alegría será eterna. «Yo, el SEÑOR, amo la justicia, pero odio el robo y la iniquidad. En mi fidelidad los recompensaré y haré con ellos un pacto eterno. Sus descendientes serán conocidos entre las naciones, y sus vástagos, entre los pueblos. Quienes los vean reconocerán que ellos son descendencia bendecida por el SEÑOR».