ISAÍAS 58:3-5
ISAÍAS 58:3-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dicen: «¿Para qué ayunamos, si no nos miras? ¿Para qué nos afligimos, si no te das cuenta?». Porque en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores. Porque si ayunáis, es para pelear y debatir, y para repartir puñetazos con la peor de las intenciones; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es este el ayuno que yo escogí: que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como un junco y haga cama de telas ásperas y de ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable al Señor?
ISAÍAS 58:3-5 La Palabra (versión española) (BLP)
«¿Para qué ayunamos si no nos miras, nos mortificamos y no te das cuenta?». Porque el día de ayuno buscáis vuestro interés y sois implacables con vuestros sirvientes. Ayunáis, sí, pero entre pleitos y disputas, repartiendo puñetazos sin piedad. No ayunéis como hacéis ahora, si queréis que se oiga en el cielo vuestra voz. ¿Creéis que es este el ayuno que deseo cuando uno decide mortificarse: que mueva su cabeza como un junco, que se acueste sobre saco y ceniza? ¿A esto llamáis ayuno, día agradable al Señor?
ISAÍAS 58:3-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Sin embargo dicen: ‘¿Para qué ayunar, si Dios no lo ve? ¿Para qué sacrificarnos, si él no se da cuenta?’ El día de ayuno lo dedicáis a hacer negocios y a explotar a vuestros trabajadores; el día de ayuno lo pasáis en disputas y peleas y dando golpes criminales con los puños. Un día de ayuno así, no puede lograr que yo escuche vuestras oraciones. ¿Creéis que el ayuno que me agrada consiste en afligirse, en agachar la cabeza como un junco y en acostarse entre ásperas ropas, sobre ceniza? ¿Eso es lo que vosotros llamáis ‘ayuno’ y ‘día agradable al Señor’?
ISAÍAS 58:3-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
y hasta me reclaman: “¿Para qué ayunamos, si no lo tienes en cuenta? ¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?” »Pero el día en que ayunáis, hacéis negocios y explotáis a vuestros obreros. Vosotros solo ayunáis para pelear y reñir, y daros puñetazos a mansalva. Si queréis que el cielo atienda vuestros ruegos, ¡ayunad, pero no como ahora lo hacéis! ¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y solo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llamáis vosotros día de ayuno y día aceptable para el SEÑOR?