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ISAÍAS 41:8-18

ISAÍAS 41:8-18 La Palabra (versión española) (BLP)

Y tú, Israel, siervo mío, tú, Jacob, mi elegido, estirpe de mi amigo Abrahán, a quien tomé del confín de la tierra, a quien llamé de lejanas regiones; a quien dije: Tú eres mi siervo; te he elegido, no te he rechazado. No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora. Mira: se retraen avergonzados todos los que se afanan contra ti; en nada quedarán, perecerán todos los que pleitean contigo. Buscarás pero no encontrarás a la gente que te anda provocando; en nada quedarán, sin valor, todos los que te hacen la guerra. Porque yo, el Señor tu Dios, soy quien te toma de la mano, quien te dice: Nada temas, porque yo soy tu auxilio. No temas, gusanito de Jacob; no te angusties, cosita de Israel; te voy a auxiliar —oráculo del Señor—. Tu redentor es el Santo de Israel. Voy a convertirte en trillo cortante, en trillo nuevo, lleno de dientes. Trillarás, triturarás montañas, reducirás a paja las colinas; los aventarás, el viento los dispersará, el torbellino los arrebatará consigo. Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás del Santo de Israel. En vano los pobres buscan agua, la sed reseca su lengua. Yo, el Señor, les respondo; como Dios de Israel, no los abandono. Abriré canales en cumbres peladas, fuentes en medio de los valles; transformaré la estepa en estanque, la tierra desierta en manantiales.

ISAÍAS 41:8-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

“Escucha, Israel, pueblo de Jacob, mi siervo, a quien yo he elegido, pueblo descendiente de mi amigo Abraham: Yo te saqué del extremo de la tierra, te llamé desde el rincón más alejado y te dije: ‘Tú eres mi siervo.’ Yo te elegí y no te he rechazado. No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. Todos los que te odian quedarán avergonzados y humillados; los que luchan contra ti quedarán completamente exterminados. Buscarás a tus enemigos y no los encontrarás; los que te hacen la guerra serán como si no existieran. Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano y te he dicho: ‘No tengas miedo, yo te ayudo.’ ” El Señor afirma: “Israel, pueblo de Jacob, por pequeño y débil que seas, no tengas miedo; yo te ayudo. Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor. Haré de ti un instrumento de trillar, nuevo y con buenos dientes; trillarás los montes, los harás polvo, convertirás en paja las colinas. Los aventarás y el viento se los llevará; el huracán los dispersará. Entonces tú te alegrarás en el Señor; estarás orgulloso del Dios Santo de Israel. “La gente pobre y sin recursos busca agua y no la encuentra. Tienen la lengua reseca por la sed; pero yo, el Señor, los atenderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré brotar ríos en las colinas desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en ciénagas y haré brotar arroyos en la tierra seca.

ISAÍAS 41:8-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

«Pero tú, Israel, mi siervo, tú, Jacob, a quien he escogido, simiente de Abraham, mi amigo: Te tomé de los confines de la tierra, te llamé de los rincones más remotos, y te dije: “Tú eres mi siervo”. Yo te escogí; no te rechacé. Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. »Todos los que se enardecen contra ti sin duda serán avergonzados y humillados; los que se te oponen serán como nada, como si no existieran. Aunque busques a tus enemigos, no los encontrarás. Los que te hacen la guerra serán como nada, como si no existieran. Porque yo soy el SEÑOR, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”. No temas, gusano Jacob, pequeño Israel —afirma el SEÑOR—, porque yo mismo te ayudaré; ¡el Santo de Israel es tu redentor! »Te convertiré en una trilladora nueva y afilada, de doble filo. Trillarás las montañas y las harás polvo; convertirás en paja las colinas. Las aventarás y se las llevará el viento; ¡un vendaval las dispersará! Pero tú te alegrarás en el SEÑOR, te gloriarás en el Santo de Israel. »Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; la sed les ha resecado la lengua. Pero yo, el SEÑOR, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré brotar ríos en las áridas cumbres, y manantiales entre los valles. Transformaré el desierto en estanques de agua, y el sequedal en manantiales.