ISAÍAS 30:12-15
ISAÍAS 30:12-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así dice el Santo de Israel: «Vosotros habéis rechazado esta palabra; habéis confiado en la opresión y en la perversidad, y os habéis apoyado en ellas. Por eso vuestra iniquidad se alzará frente a vosotros como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse: ¡de repente, en un instante, se desplomará! Vuestra iniquidad quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna». Porque así dice el SEÑOR omnipotente, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está vuestra salvación, en la serenidad y la confianza está vuestra fuerza, ¡pero vosotros no lo queréis reconocer!
ISAÍAS 30:12-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso, el Dios Santo de Israel dice: “Vosotros rechazáis esta advertencia, confiáis en la violencia y la maldad y os apoyáis en ellas; por eso, sois culpables. Parecéis un alto muro agrietado que, cuando menos se piensa, se derrumba; seréis destruidos como un jarrón de barro, que se quiebra tan completamente que no queda entre sus pedazos ni uno que sirva para recoger las brasas del fogón o sacar agua de un pozo.” El Señor, el Dios Santo de Israel, dice: “Volved, quedad tranquilos y estaréis a salvo. En la tranquilidad y la confianza estará vuestra fuerza.” Pero vosotros no quisisteis
ISAÍAS 30:12-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Por tanto, el Santo de Israel dice así: «Porque desechasteis esta palabra y confiasteis en la violencia y en la iniquidad, y en ellas os habéis apoyado, por eso, este pecado os será como grieta que amenaza ruina, que se extiende en una pared elevada cuya caída viene de pronto, repentinamente. Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen añicos; tanto, que entre los pedazos no se halla ni uno solo que sirva para traer fuego del hogar o para sacar agua del pozo». Porque así ha dicho el Señor, el Santo de Israel: «Si os arrepentís y confiáis, os salvaré; vuestra fuerza está en confiar serenamente en mí». Pero no habéis querido hacerlo
ISAÍAS 30:12-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Por eso, así dice el Santo de Israel: Por haber despreciado esta palabra y confiado en la opresión y la perversión, y por refugiaros en ellas, esa culpa será para vosotros una grieta que baja resquebrajando la obra de una alta muralla, y de repente, de improviso, va y se desmorona como un cacharro de barro que se hace añicos sin remedio, entre los que no se encuentra un trozo con que recoger ascuas del rescoldo o sacar agua del pozo. Así dice el Señor Dios, el Santo de Israel: Si os convertís y confiáis, os salvaré; vuestra fuerza está en confiar serenamente; pero rechazáis esto
ISAÍAS 30:12-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso, el Dios Santo de Israel dice: “Vosotros rechazáis esta advertencia, confiáis en la violencia y la maldad y os apoyáis en ellas; por eso, sois culpables. Parecéis un alto muro agrietado que, cuando menos se piensa, se derrumba; seréis destruidos como un jarrón de barro, que se quiebra tan completamente que no queda entre sus pedazos ni uno que sirva para recoger las brasas del fogón o sacar agua de un pozo.” El Señor, el Dios Santo de Israel, dice: “Volved, quedad tranquilos y estaréis a salvo. En la tranquilidad y la confianza estará vuestra fuerza.” Pero vosotros no quisisteis
ISAÍAS 30:12-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así dice el Santo de Israel: «Vosotros habéis rechazado esta palabra; habéis confiado en la opresión y en la perversidad, y os habéis apoyado en ellas. Por eso vuestra iniquidad se alzará frente a vosotros como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse: ¡de repente, en un instante, se desplomará! Vuestra iniquidad quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna». Porque así dice el SEÑOR omnipotente, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está vuestra salvación, en la serenidad y la confianza está vuestra fuerza, ¡pero vosotros no lo queréis reconocer!