ISAÍAS 25:4-9
ISAÍAS 25:4-9 La Palabra (versión española) (BLP)
pues fuiste refugio del pobre, refugio del mísero oprimido, abrigo en la lluvia, sombra en el calor. El ánimo violento es lluvia invernal, lo mismo que el calor en tierra baldía. Sofocas la algarabía de los extranjeros, pones fin al canto de los tiranos. El Señor del universo preparará para todos los pueblos en este monte un banquete de platos sustanciosos, un banquete con vinos de solera, platos sustanciosos y gustosos, vinos de solera, generosos. Rasgará el Señor en este monte el velo que tapa a los pueblos, el paño que cubre a las naciones. Destruirá para siempre a la muerte, el Señor Dios enjugará el llanto que cubre los rostros, barrerá la afrenta de su pueblo en toda la superficie del país. Lo ha dicho el Señor. Aquel día dirás: Aquí está nuestro Dios, esperábamos que él nos salvara. Él es el Señor, nuestra esperanza, celebremos alegres su victoria.
ISAÍAS 25:4-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Porque tú has sido refugio para el pobre, protector para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tempestad, sombra contra el calor. El aliento de los hombres crueles es como una tempestad de invierno, o como el calor en tierra seca. Tú dominas el tumulto de los enemigos como calmas el calor con la sombra de una nube. Tú obligas a los hombres crueles a guardar silencio. En el monte Sión, el Señor todopoderoso preparará para todas las naciones un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deliciosas comidas y los más puros vinos. En este monte destruirá el Señor el velo que cubría a todos los pueblos, el manto que envolvía a todas las naciones. El Señor destruirá la muerte para siempre, secará las lágrimas de los ojos de todos y hará desaparecer en toda la tierra la deshonra de su pueblo. El Señor lo ha dicho. Aquel día se dirá: “Este es nuestro Dios; en él confiamos y él nos salvó. Alegrémonos, gocémonos, él nos ha salvado.”
ISAÍAS 25:4-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Porque tú has sido, en su angustia, un baluarte para el desvalido, un refugio para el necesitado, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. En cambio, el aliento de los crueles es como una tormenta contra un muro, como el calor en el desierto. Tú aplacas el tumulto de los extranjeros, como se aplaca el calor bajo la sombra de una nube, y ahogas la canción de los tiranos. Sobre este monte, el SEÑOR Todopoderoso preparará para todos los pueblos un banquete de manjares especiales, un banquete de vinos añejos, de manjares especiales y de selectos vinos añejos. Sobre este monte rasgará el velo que cubre a todos los pueblos, el manto que envuelve a todas las naciones. Devorará a la muerte para siempre; el SEÑOR omnipotente enjugará las lágrimas de todo rostro, y quitará de toda la tierra el oprobio de su pueblo. El SEÑOR mismo lo ha dicho. En aquel día se dirá: «¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Este es el SEÑOR, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»