ISAÍAS 10:20-27
ISAÍAS 10:20-27 Reina Valera 2020 (RV2020)
Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en el Señor, el Santo de Israel. Un resto volverá, el resto de Jacob volverá al Dios fuerte. Porque aunque tu pueblo, Israel, sea como las arenas del mar, solo el resto de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia. Pues el Señor de los ejércitos, consumará el exterminio ya determinado en medio de la tierra. Por tanto, el Señor de los ejércitos dice así: Pueblo mío, que habitas en Sion, no temas de Asiria. Con vara te herirá y contra ti alzará su bastón, a la manera de Egipto; pero dentro de muy poco tiempo se acabará mi furor contra ti, y mi enojo los destruirá. Y el Señor de los ejércitos levantará el látigo contra él, como en la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su vara sobre el mar, como lo hizo en el camino de Egipto. Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá por cuanto tú eres mi ungido.
ISAÍAS 10:20-27 La Palabra (versión española) (BLP)
Aquel día el resto de Israel, quienes queden en la casa de Jacob, no volverán a apoyarse en su agresor; se apoyarán en el Señor, en el Santo de Israel. Un resto volverá, un resto de Jacob, hacia el Dios guerrero. Aunque fuese tu pueblo, Israel, lo mismo que la arena del mar, solo un resto volverá. La destrucción decretada desborda justicia. Dios, el Señor del universo, va a llevar a término la destrucción decretada en medio de todo el país. Por eso, así dice Dios, el Señor del universo: No temas a Asiria, pueblo mío que habitas en Sion, aunque te azote con la vara y te amenace con el bastón, como suele hacer Egipto. Pues dentro de muy poco mi ira los consumirá, mi cólera los destruirá. El Señor del universo empuñará su látigo contra ella, como cuando el azote de Madián en la roca de Oreb, o cuando alzó su bastón sobre el mar, como ocurrió en Egipto. Aquel día caerá su carga de tu hombro, será arrancado su yugo de tu cuello.
ISAÍAS 10:20-27 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En aquel tiempo, los pocos que hayan quedado de Israel, aquellos del pueblo de Jacob que se hayan salvado, no volverán a apoyarse en el que los destruyó, sino que se apoyarán firmemente en el Señor, el Dios Santo de Israel. Unos cuantos del pueblo de Jacob se volverán hacia el Dios invencible. Aunque tu pueblo, Israel, sea tan numeroso como los granos de arena del mar, solo unos pocos volverán. La destrucción está decidida y se hará justicia por completo. Porque el Señor todopoderoso ha decidido la destrucción y la va a llevar a cabo en todo el país. El Señor todopoderoso dice así: “Pueblo mío, que vives en Sión, no tengas miedo a los asirios, aunque te golpeen con su vara y levanten su bastón contra ti como hicieron los egipcios. Porque dentro de muy poco tiempo va a llevarse a cabo el castigo, y mi ira los destruirá. El Señor todopoderoso los castigará como cuando derrotó a Madián en la roca de Oreb, y mostrará su poder contra Asiria como cuando lo mostró contra Egipto. Aquel día se te quitará la carga que han puesto sobre tus espaldas, y será quebrado el yugo que han puesto sobre tu nuca.”
ISAÍAS 10:20-27 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En aquel día ni el remanente de Israel ni los sobrevivientes del pueblo de Jacob volverán a apoyarse en quien los hirió de muerte, sino que su apoyo verdadero será el SEÑOR, el Santo de Israel. Y un remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios Poderoso. Israel, aunque tu pueblo sea como la arena del mar, solo un remanente volverá. Se ha decretado destrucción, abrumadora justicia. Porque el Señor, el SEÑOR Todopoderoso, ejecutará la destrucción decretada en medio de todo el país. Por eso, así dice el Señor, el SEÑOR Todopoderoso: «Pueblo mío, que vives en Sión, no tengas temor de Asiria, aunque te golpee con el bastón y contra ti levante una vara, como lo hizo Egipto. Dentro de muy poco tiempo mi indignación contra ti llegará a su fin, y mi ira destruirá a tus enemigos». Con un látigo los azotará el SEÑOR Todopoderoso, como cuando abatió a Madián en la roca de Oreb; levantará sobre el mar su vara, como lo hizo en Egipto. En aquel día esa carga se te quitará de los hombros, y a causa de la gordura se romperá el yugo que llevas en el cuello.