OSEAS 6:1-11
OSEAS 6:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
Venid y volvamos al Señor, pues él nos destrozó, mas nos curará; nos hirió, mas nos vendará. Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él. Esforcémonos por conocer al Señor: cierta como el alba es su salida. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía, como la lluvia temprana que riega la tierra. ¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? Vuestra piedad es como nube matutina, como el rocío de la madrugada, que se desvanece. Por eso los he quebrantado mediante los profetas; con las palabras de mi boca los maté, y tus juicios brotarán como la luz. Lo que quiero es misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos. Pero ellos, al igual que Adán, violaron el pacto; allí han pecado contra mí. Galaad, ciudad de malhechores, toda manchada de sangre. Como ladrones al acecho de un hombre, así una compañía de sacerdotes mata y comete infamias en el camino hacia Siquem. En la casa de Israel he visto cosas horribles: allí fornicó Efraín y se contaminó Israel. Para ti también, Judá, está preparada una cosecha, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.
OSEAS 6:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)
«Venid, volvamos al Señor, porque él nos ha desgarrado y él será quien nos cure; él nos ha hecho la herida y él nos la vendará. Al cabo de dos días nos devolverá la vida; al tercero nos levantará y viviremos en su presencia. Esforcémonos en conocer al Señor; segura como la aurora es su venida: vendrá a nosotros como la lluvia, como lluvia de primavera que empapa la tierra». ¿Qué haré contigo Efraín? ¿Qué haré contigo Judá? Vuestro amor es como nube matutina, como rocío que pronto se disipa. Por eso los he golpeado por medio de los profetas, con mis palabras los he quebrantado y mi juicio resplandece como luz. Porque quiero amor y no sacrificio, conocer a Dios y no holocaustos. Pero ellos, como Adán, han quebrantado la alianza y allí me han sido infieles. Ciudad de malvados es Galaad, toda empapada de sangre. Cual banda de ladrones al acecho, así los sacerdotes en grupo asesinan y cometen tropelías en el camino de Siquén. He visto cosas horribles en la casa de Israel; allí se prostituye Efraín e Israel queda manchado. También para ti, Judá, tengo preparado un castigo cuando me decida a cambiar la suerte de mi pueblo.
OSEAS 6:1-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Venid todos y volvámonos al Señor. Él nos destrozó, pero también nos sanará; nos hirió, pero también nos curará. En un momento nos devolverá la salud, nos levantará para vivir delante de él. ¡Esforcémonos por conocer al Señor! El Señor vendrá a nosotros, tan cierto como que sale el sol, tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera. Dice el Señor: “¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? El amor que vosotros me tenéis es como la niebla de la mañana, como el rocío de madrugada, que temprano desaparece. Por eso los he despedazado por medio de los profetas; por medio de mi mensaje los he matado. Mi justicia brota como la luz. Lo que quiero de vosotros es que me améis y no que me hagáis sacrificios, que me reconozcáis como Dios y no que me ofrezcáis holocaustos. “Pero mi pueblo, lo mismo que Adán, ha faltado a mi pacto y me ha sido infiel. Galaad es una ciudad de malhechores, toda llena de huellas de sangre. Los sacerdotes son una pandilla de ladrones puestos al acecho de la gente; asesinan y cometen infamias en el camino de Siquem. En Israel he visto cosas horribles: Efraín se ha prostituido, Israel se ha contaminado. Y aun para ti, Judá, ya he señalado el día de tu castigo.
OSEAS 6:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¡Venid, volvámonos al SEÑOR! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará. Después de dos días nos dará vida; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia. Conozcamos al SEÑOR; vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra. «¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá? Vuestro amor es como nube matutina, como rocío que temprano se evapora. Por eso los hice pedazos por medio de los profetas; los herí con las palabras de mi boca. ¡Mi sentencia los fulminará como un relámpago! Lo que pido de vosotros es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos. Son como Adán: han quebrantado el pacto, ¡me han traicionado! Galaad es una ciudad de malhechores; sus pisadas dejan huellas de sangre. Una pandilla de sacerdotes está al acecho en el camino a Siquén y, como banda de salteadores, comete toda clase de infamias. En el reino de Israel he visto algo horrible: Allí se prostituye Efraín y se mancilla Israel. »¡A ti también, Judá, te espera la cosecha de tu maldad!