OSEAS 2:5-8
OSEAS 2:5-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pues su madre se prostituyó, la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: «Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida». Por tanto, cerraré con espinos su camino, la cercaré con seto y no hallará sus caminos. Seguirá a sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, pero no los hallará. Entonces dirá: «Regresaré a mi primer marido, porque mejor me iba entonces que ahora». Ella no reconoció que yo era quien le daba el trigo, el vino y el aceite, quien multiplicaba la plata y el oro que ofrecían a Baal.
OSEAS 2:5-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Si no lo hace así, la despojaré y la dejaré desnuda, como en el día de su nacimiento; la dejaré como un desierto, la convertiré en tierra reseca y la haré morir de sed. Y no amaré a sus hijos, porque son hijos de prostitución. Se ha prostituido su madre, está cubierta de vergüenza la que los concibió. Decía: «Me iré detrás de mis amantes, los que me dan pan y agua, lana y lino, aceite y bebidas». Pues bien, voy a cerrar con espinos su camino y a ponerle una valla para que no encuentre el sendero.
OSEAS 2:5-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Su madre se prostituyó; perdió el honor, cuando dijo: ‘Iré en busca de mis amantes, los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.’ “Por eso cerraré con espinos su camino y pondré una cerca a su alrededor, para que no encuentre sus senderos. Seguirá a sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, pero no los encontrará. Dirá entonces: ‘Volveré a mi primer marido, pues con él me iba mejor que ahora.’ “Pero ella no reconoció que era yo quien le daba el trigo, el vino y el aceite; que era yo quien le aumentaba la plata y el oro con que fabricó sus ídolos.
OSEAS 2:5-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Su madre es una prostituta; ¡la que los concibió es una sinvergüenza! Pues dijo: “Quiero ir tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”. Por eso le cerraré el paso con espinos; la encerraré para que no encuentre el camino. Con ardor perseguirá a sus amantes, y al no encontrarlos dirá: “Prefiero volver con mi primer esposo, porque antes me iba mejor que ahora”. Ella no ha querido reconocer que soy yo quien le da el grano, el vino nuevo y el aceite. Yo le he multiplicado la plata y el oro, ¿y qué hizo con ellos? ¡Falsos dioses!