HEBREOS 9:22-24
HEBREOS 9:22-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Y es que, según la ley, prácticamente todas las cosas se purifican mediante la sangre y, si no hay derramamiento de sangre, tampoco hay perdón. Se necesitaban, pues, tales sacrificios para purificar lo que solo era esbozo de las realidades celestiales; pero estas mismas realidades celestiales precisaban de sacrificios más valiosos. Por eso Cristo no entró en un santuario construido por manos humanas —que era simple imagen del verdadero santuario—, sino que entró en el cielo mismo donde ahora intercede por nosotros en presencia de Dios.
HEBREOS 9:22-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Según la ley, casi todo tiene que ser purificado con sangre, y no hay perdón de pecados si no hay derramamiento de sangre. De manera que tales sacrificios eran necesarios para purificar las cosas que son copia de lo celestial; pero las cosas propiamente celestiales necesitan mejores sacrificios que aquellos. Porque Cristo no entró en el santuario construido por los hombres, que era solamente una figura del santuario verdadero, sino que entró en el mismo cielo, donde ahora se presenta delante de Dios para rogar en nuestro favor.
HEBREOS 9:22-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón. Así que era necesario que las copias de las realidades celestiales fueran purificadas con esos sacrificios, pero que las realidades mismas lo fueran con sacrificios superiores a aquellos. En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.