HEBREOS 8:1-5
HEBREOS 8:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Este es el punto central de cuanto venimos diciendo: que tenemos, junto al trono celestial de Dios, un sumo sacerdote que desempeña sus funciones en el santuario, en la verdadera Tienda de la presencia, construida no por seres humanos sino por el Señor. Y como todo sumo sacerdote ha sido instituido para ofrecer dones y sacrificios, es preciso que también Cristo tenga algo que ofrecer. Ciertamente aquí en la tierra su sacerdocio no tendría razón de ser, al existir ya otros sacerdotes que presentan las ofrendas prescritas por la ley de Moisés. Pero estos sacerdotes celebran un culto que es únicamente sombra y figura de las realidades celestiales. Así se lo dio a entender Dios a Moisés cuando este se disponía a construir la Tienda de la presencia: Mira —le dijo— hazlo todo según el modelo que te ha sido mostrado en el monte.
HEBREOS 8:1-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que el sumo sacerdote que tenemos es tan importante que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no ningún ser humano. Todo sumo sacerdote es nombrado para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que también este tenga algo que ofrecer. Así que, si estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, pues aún hay sacerdotes que presentan las ofrendas estipuladas en la ley. Estos sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
HEBREOS 8:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Lo más importante de cuanto estamos diciendo es que nuestro sumo sacerdote es de tal naturaleza que se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios, y oficia como sacerdote en el verdadero santuario, construido por el Señor y no por los hombres. Todo sumo sacerdote es designado para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que Jesucristo también tenga algo que ofrecer. Si él estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, pues aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas dispuestas por la ley de Moisés. Pero ellos prestan su servicio valiéndose de cosas que no son sino copia y sombra de lo que hay en el cielo. Y sabemos que son copia porque, cuando Moisés iba a construir el santuario, Dios le dijo: “Presta atención y hazlo todo según el modelo que te mostré en el monte.”
HEBREOS 8:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, aquel que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo, el que sirve en el santuario, es decir, en el verdadero tabernáculo levantado por el Señor y no por ningún ser humano. A todo sumo sacerdote se le nombra para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que también tenga algo que ofrecer. Si Jesús estuviera en la tierra, no sería sacerdote, pues aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas en conformidad con la ley. Estos sacerdotes sirven en un santuario que es copia y sombra del que está en el cielo, tal como se le advirtió a Moisés cuando estaba a punto de construir el tabernáculo: «Asegúrate de hacerlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña».