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AGEO 1:1-11

AGEO 1:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)

En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, fue dirigida esta palabra del Señor, por medio del profeta Hageo, a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué hijo de Josadac, el sumo sacerdote: —Así ha hablado el Señor de los ejércitos: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa del Señor sea reedificada. Entonces llegó esta palabra del Señor por medio del profeta Hageo: —¿Es acaso para vosotros tiempo de habitar en vuestras casas artesonadas, mientras este templo está en ruinas? Pues así ha dicho el Señor de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero no quedáis satisfechos; os vestís, pero no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su salario en saco roto. Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, traed madera y reedificad el templo; yo me complaceré en él y seré glorificado, ha dicho el Señor. Buscáis mucho, pero halláis poco; lo que guardáis en casa yo lo disiparé con un soplo. ¿Por qué?, dice el Señor de los ejércitos. Por cuanto mi Casa está desierta, mientras cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso los cielos os han negado la lluvia, y la tierra retuvo sus frutos. Yo decreté la sequía sobre este país y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo el trabajo de sus manos.

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AGEO 1:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)

El segundo año del reinado de Darío, en el primer día del mes sexto, el Señor habló en estos términos por medio del profeta Ageo al gobernador de Judá, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac: —Así ha dicho el Señor del universo: Este pueblo afirma que aún no ha llegado el momento adecuado para reconstruir el Templo del Señor. A lo que el Señor replicó a través del profeta Ageo: —¿De veras pensáis que es tiempo de vivir en vuestras casas artesonadas, mientras el Templo está en ruinas? Pues bien, esto os dice el Señor del universo: ¡Reflexionad sobre vuestra situación! Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero sin llegar a disfrutar; os vestís, pero no entráis en calor; y el jornalero echa su salario en bolsa agujereada. Así dice el Señor del universo: ¡Reflexionad sobre vuestra situación! Subid al monte, traed madera y reconstruid el Templo; yo me complaceré en él y seré glorificado, dice el Señor. Esperáis encontrar mucho, pero halláis poco: lo que traéis a casa yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué causa es así? —dice el Señor del universo—. Pues porque es mi Templo el que está en ruinas, mientras cada uno de vosotros se preocupa de su propia casa. Por esa razón los cielos os han escatimado la lluvia y la tierra no os ha dado su fruto. Yo decreté la sequía sobre la tierra y sobre los montes, sobre la cosecha de cereales, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todos los frutos del campo, sobre las bestias, sobre toda obra humana.

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AGEO 1:1-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

En el año segundo del gobierno del rey Darío, el día primero del sexto mes, el Señor, por medio del profeta Hageo, se dirigió al gobernador de Judá, Zorobabel, hijo de Salatiel, y al jefe de los sacerdotes, Josué, hijo de Josadac. Y esto es lo que dijo el Señor todopoderoso por medio del profeta: “Esta gente dice que todavía no es tiempo de reconstruir mi templo. ¿Y acaso para vosotros sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas? Yo, el Señor todopoderoso, os digo que penséis bien en vuestra conducta. Sembráis mucho, pero cosecháis poco; coméis, pero no os sentís satisfechos; bebéis, pero os quedáis con sed; os abrigáis, pero no entráis en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto. Yo, el Señor todopoderoso, os digo que penséis bien en vuestra conducta. Id a las montañas, traed madera y construid de nuevo el templo. Yo estaré allí contento, y mostraré mi gloria. Buscáis mucho, pero encontráis poco; y lo que guardáis en casa, yo lo barreré de un soplo. ¿Por qué? Pues porque mi casa está en ruinas, mientras vosotros solo os preocupáis de vuestras propias casas. Yo, el Señor, lo afirmo. Por eso no cae para vosotros la lluvia, ni la tierra os da sus productos. Yo fui quien trajo la sequía sobre los campos y sobre los montes, sobre el trigo, las viñas y los olivares, sobre las cosechas del campo, sobre los hombres y los animales, y sobre todas sus labores.”

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AGEO 1:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

El día primero del mes sexto del segundo año del rey Darío, vino palabra del SEÑOR por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac: «Así dice el SEÑOR Todopoderoso: “Este pueblo alega que todavía no es el momento apropiado para ir a reconstruir la casa del SEÑOR”». También vino esta palabra del SEÑOR por medio del profeta Hageo: «¿Acaso es el momento apropiado para que vosotros residáis en casas artesonadas mientras que esta casa está en ruinas?» Así dice ahora el SEÑOR Todopoderoso: «¡Reflexionad sobre vuestro proceder! »Sembráis mucho, pero cosecháis poco; coméis, pero no quedáis satisfechos; bebéis, pero no llegáis a saciaros; os vestís, pero no lográis abrigaros; y al jornalero se le va su salario como en saco roto». Así dice el SEÑOR Todopoderoso: «¡Reflexionad sobre vuestro proceder! »Id a los montes; traed madera y reconstruid mi casa. Yo veré su reconstrucción con gusto, y manifestaré mi gloria —dice el SEÑOR—. »Esperáis mucho, pero cosecháis poco; lo que almacenáis en vuestra casa, yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué? ¡Porque mi casa está en ruinas, mientras vosotros solo os ocupáis de la vuestra! —afirma el SEÑOR Todopoderoso—. »Por eso, por vuestra culpa, los cielos retuvieron el rocío y la tierra se negó a dar sus productos. Yo hice venir una sequía sobre los campos y las montañas, sobre el trigo y el vino nuevo, sobre el aceite fresco y el fruto de la tierra, sobre los animales y los hombres, y sobre toda la obra de vuestras manos».

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