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GÉNESIS 50:1-11

GÉNESIS 50:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)

Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó. Después mandó José a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. Cumplieron así cuarenta días, que era el plazo requerido para embalsamar. Y los egipcios lo lloraron setenta días. Pasados los días de su luto, habló José a los de la casa de Faraón: —Si me he ganado vuestro favor, os ruego que transmitáis este mensaje a Faraón: «Mi padre me hizo jurar: “Yo voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás”. Permite, pues, que yo vaya ahora a sepultar a mi padre, y después volveré». Faraón dijo: —Ve y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar. Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, sus ovejas y sus vacas. Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande. Cuando llegaron a la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, sus lamentos y expresiones de tristeza fueron muy grandes. Allí José hizo duelo por su padre durante siete días. Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: «Grande es el llanto de los egipcios». Por eso, a aquel lugar que está al otro lado del Jordán se le llamó Abel-mizraim.

GÉNESIS 50:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)

Entonces José se inclinó sobre el rostro de su padre y lo besó llorando. Después ordenó a los médicos que tenía a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre Israel, y así lo hicieron. Emplearon en ello cuarenta días, pues ese es el tiempo que lleva embalsamar. Los egipcios guardaron luto durante setenta días. Pasados los días de duelo, José habló con los cortesanos del faraón y les dijo: —Si de verdad me he ganado el respeto de la corte, os ruego que transmitáis este mensaje al faraón: Mi padre, antes de morir, me hizo jurarle que lo sepultaría en la tumba que él mismo preparó en la tierra de Canaán. Ahora ruego me permitas ir a sepultar a mi padre, y luego volveré. El faraón respondió: —Vete y sepulta a tu padre como él te hizo jurar. José, pues, fue a sepultar a su padre; lo acompañaron todos los cortesanos del faraón, los ancianos de su corte, todos los ancianos de Egipto, y toda la familia de José junto con sus hermanos y la familia de su padre. En la región de Gosen solamente dejaron a sus niños, sus ovejas y sus vacas. Subieron también con él carros y jinetes, de modo que el cortejo era impresionante. Al llegar a la era de Hatad, al otro lado del Jordán, celebraron una solemne ceremonia fúnebre. Allí José guardó luto por su padre durante siete días. Cuando los cananeos que vivían en aquella región vieron en la era de Hatad aquellas manifestaciones de duelo, dijeron: «El funeral de los egipcios es muy solemne». Por eso llamaron Abel Misráin a aquel lugar que está al otro lado del Jordán.

GÉNESIS 50:1-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Entonces José se abrazó al cuerpo de su padre, y le besó llorando. Después ordenó a los médicos que tenía a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre Israel, y así lo hicieron. Tardaron cuarenta días en embalsamarlo, porque ese es el tiempo necesario para hacerlo. Los egipcios guardaron luto por Israel durante setenta días, y después de los días de luto, José habló con los del palacio del faraón y les dijo: –Si me he ganado vuestro aprecio, hacedme el favor de decir al faraón que mi padre, cuando estaba a punto de morir, me hizo jurarle que yo lo enterraría en el sepulcro que él mismo se preparó, y que está en la tierra de Canaán. Por esto, yo ruego que se me permita ir a enterrar a mi padre; una vez que lo haya enterrado, regresaré. El faraón contestó: –Ve a enterrar a tu padre, tal como él te lo pidió. José fue a enterrar a su padre, y le acompañaron todos los funcionarios que tenían autoridad en el palacio del faraón y en Egipto, la propia familia de Jacob, la de José y sus hermanos. En la tierra de Gosen dejaron solamente a los niños y a los animales. También gente con carretas y a caballo acompañó a José, así que se juntó mucha gente. Cuando llegaron a Goren-ha-atad, que está al oriente del río Jordán, celebraron una solemne ceremonia fúnebre. Allí José guardó luto por su padre durante siete días. Cuando los cananeos que vivían en aquella región vieron la ceremonia, dijeron: “Los egipcios tienen un entierro muy solemne.” Por eso llamaron Abel-misraim a aquel lugar que está al oriente del Jordán.

GÉNESIS 50:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Entonces José se abrazó al cuerpo de su padre y, llorando, lo besó. Luego ordenó a los médicos a su servicio que embalsamaran el cuerpo, y así lo hicieron. El proceso para embalsamarlo tardó unos cuarenta días, que es el tiempo requerido. Los egipcios, por su parte, guardaron luto por Israel durante setenta días. Pasados los días de duelo, José se dirigió así a los miembros de la corte del faraón: ―Si me he ganado el respeto de la corte, decidle por favor al faraón que mi padre, antes de morirse, me hizo jurar que yo lo sepultaría en la tumba que él mismo se preparó en la tierra de Canaán. Por eso le ruego encarecidamente que me permita ir a sepultar a mi padre, y luego volveré. El faraón le respondió: ―Ve a sepultar a tu padre, conforme a la promesa que te pidió hacerle. José fue a sepultar a su padre, y lo acompañaron los servidores del faraón, es decir, los ancianos de su corte y todos los ancianos de Egipto. A estos se sumaron todos los familiares de José, es decir, sus hermanos y los de la casa de Jacob. En la región de Gosén dejaron únicamente a los niños y a los animales. También salieron con él carros y jinetes, formando así un cortejo muy grande. Al llegar a la era de Hatad, que está cerca del río Jordán, hicieron grandes y solemnes lamentaciones. Allí José guardó luto por su padre durante siete días. Cuando los cananeos que vivían en esa región vieron en la era de Hatad aquellas manifestaciones de duelo, dijeron: «Los egipcios están haciendo un duelo muy solemne». Por eso al lugar, que está cerca del Jordán, lo llamaron Abel Misrayin.