GÉNESIS 37:18-24
GÉNESIS 37:18-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando ellos lo vieron de lejos, antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo. Se dijeron el uno al otro: —¡Ahí viene el soñador! Ahora pues, venid, matémoslo y echémoslo en una cisterna, y diremos: «Alguna mala bestia lo devoró». Veremos entonces qué será de sus sueños. Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos. Dijo: —No lo matemos. Y añadió: —No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, pero no le pongáis las manos encima. Quería librarlo así de sus manos y hacerlo volver a su padre. Sucedió, pues, que cuando llegó José adonde estaban sus hermanos, ellos le quitaron su túnica —la túnica de colores que llevaba puesta—, lo agarraron y lo echaron en la cisterna, que estaba vacía, pues no había en ella agua.
GÉNESIS 37:18-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Ellos lo vieron venir de lejos, y antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo. Se dijeron unos a otros: —¡Ahí viene el de los sueños! Vamos a matarlo y a echarlo en uno de estos aljibes; después diremos que alguna fiera salvaje lo devoró, y veremos en qué paran sus sueños. Pero Rubén, al oír esto, intentó librarlo de las manos de sus hermanos diciendo: —No lo matemos. Y añadió: —No derraméis sangre; arrojadlo a este aljibe que está aquí en el desierto, pero no pongáis las manos sobre él. Rubén dijo esto porque su intención era salvarlo de ellos y devolverlo luego a su padre. Al llegar José adonde estaban sus hermanos, le arrancaron la túnica de colores que llevaba y, agarrándolo, lo arrojaron a un aljibe que estaba vacío, sin agua.
GÉNESIS 37:18-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Ellos le vieron venir de lejos, y antes de que se acercara hicieron planes para matarlo. Se dijeron unos a otros: –¡Mirad, ahí viene el de los sueños! Venid, matémoslo; luego lo echaremos a un pozo y diremos que un animal salvaje se lo comió. ¡Y a ver qué pasa con sus sueños! Cuando Rubén oyó esto, quiso librarle de sus hermanos, y dijo: –No lo matemos. No derraméis sangre. Echadlo a este pozo que está en el desierto, pero no le pongáis la mano encima. Rubén dijo esto porque quería salvar a José y devolvérselo a su padre; pero al llegar José a donde estaban sus hermanos, estos le quitaron la túnica que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron al pozo, que estaba vacío y seco.
GÉNESIS 37:18-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Como ellos lo vieron desde lejos, antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo. Se dijeron unos a otros: ―Ahí viene ese soñador. Ahora sí que le llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo en una de estas cisternas, y diremos que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en qué terminan sus sueños! Cuando Rubén escuchó esto, intentó librarlo de las garras de sus hermanos, así que les propuso: ―No lo matemos. No derraméis sangre. Arrojadlo en esta cisterna en el desierto, pero no le pongáis la mano encima. Rubén dijo esto porque su intención era rescatar a José y devolverlo a su padre. Cuando José llegó adonde estaban sus hermanos, le arrancaron la túnica muy elegante, lo agarraron y lo echaron en una cisterna que estaba vacía y seca.