GÉNESIS 33:4-11
GÉNESIS 33:4-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pero Esaú corrió a su encuentro, se echó sobre su cuello, le abrazó y le besó; los dos lloraron. Después Esaú levantó sus ojos, vio a las mujeres y los niños, y dijo: —¿Quiénes son estos? —Son los niños que Dios ha dado a tu siervo —dijo Jacob. Luego vinieron las siervas y sus hijos, y se inclinaron. Vino Lea con sus hijos, y se inclinaron; y después llegaron José y Raquel, y también se inclinaron. Preguntó entonces Esaú: —¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? —Lograr que mi señor me reciba amistosamente— respondió Jacob. Dijo entonces Esaú: —Yo tengo bastante, hermano mío; quédate con lo tuyo. Jacob replicó: —No, yo te ruego; si realmente me has perdonado, acepta mi regalo, porque he visto tu rostro como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanta bondad me has recibido. Acepta, te ruego, el regalo que te he traído, pues Dios me ha favorecido y todo lo que hay aquí es mío. E insistió hasta que Esaú lo tomó.
GÉNESIS 33:4-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y rompieron juntos a llorar. Después Esaú alzó la mirada y fijándose en las mujeres y los niños, preguntó: —Y estos, ¿quiénes son? Jacob respondió: —Son los hijos que Dios ha concedido a tu siervo. Entonces las criadas y sus hijos se acercaron y se inclinaron; luego, Lía y sus hijos hicieron lo mismo y, por último, también se inclinaron Raquel y José. Y preguntó Esaú: —¿Qué pretendías con todos esos rebaños que me he venido encontrando? Jacob respondió: —Lograr que mi señor me recibiese amistosamente. Esaú dijo: —Yo tengo bastante, hermano mío; quédate con lo tuyo. Jacob insistió: —De ninguna manera. Si realmente me has perdonado, acepta este regalo que te ofrezco. Volver a verte ha sido como ver el rostro de Dios ya que me has recibido tan fraternalmente. Te ruego que aceptes el regalo que te he traído, porque Dios ha sido generoso conmigo y tengo de todo. Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó.
GÉNESIS 33:4-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, le abrazó y le besó. Los dos lloraron. Después Esaú se fijó en las mujeres y los niños, y preguntó: –Y estos, ¿quiénes son? –Son los hijos que Dios ha dado a tu servidor –dijo Jacob. Entonces las esclavas y sus hijos se acercaron, y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente; luego se acercaron Lía y sus hijos, y se inclinaron de la misma manera; y por último se acercaron José y Raquel, y también se inclinaron. Y preguntó Esaú: –¿Qué piensas hacer con todos esos rebaños que he venido encontrando? –Ganarme tu buena voluntad –respondió Jacob. –No, hermano mío, yo tengo suficiente. Quédate con lo que es tuyo –dijo Esaú. Pero Jacob insistió: –No, por favor. Si me he ganado tu buena voluntad, acepta este regalo, pues verte en persona es como ver a Dios mismo, ya que tú me has recibido muy bien. Te ruego que aceptes el regalo que te he traído, pues Dios me ha hecho rico, y nada me falta. Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó el regalo
GÉNESIS 33:4-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar. Luego Esaú alzó la vista y, al ver a las mujeres y a los niños, preguntó: ―¿Quiénes son estos que te acompañan? ―Son los hijos que Dios le ha concedido a tu siervo —respondió Jacob. Las esclavas y sus hijos se acercaron y se inclinaron ante Esaú. Luego, Lea y sus hijos hicieron lo mismo y, por último, también se inclinaron José y Raquel. ―¿Qué significan todas estas manadas que han salido a mi encuentro? —preguntó Esaú. ―Intentaba con ellas ganarme tu confianza —contestó Jacob. ―Hermano mío —repuso Esaú—, yo tengo más que suficiente. Quédate con lo que te pertenece. ―No, por favor —insistió Jacob—; si me he ganado tu confianza, acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien, ¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo! Acéptame el regalo que te he traído. Dios ha sido muy bueno conmigo, y tengo más de lo que necesito. Fue tanta la insistencia de Jacob que, finalmente, Esaú aceptó.