GÉNESIS 31:40-44
GÉNESIS 31:40-44 Reina Valera 2020 (RV2020)
De día me consumía el calor y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas y seis por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. Si el Dios de mi padre, Dios de Abrahán y Terror de Isaac, no hubiera estado conmigo, sin duda me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche te reprendió. Respondió Labán a Jacob: —Las hijas son hijas mías; los hijos, hijos míos son; las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿qué les puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a los hijos que ellas han dado a luz? Ven ahora, pues, y hagamos pacto tú y yo, y sirva por testimonio entre nosotros dos.
GÉNESIS 31:40-44 La Palabra (versión española) (BLP)
De día me consumía el calor, de noche el frío, y no conciliaba el sueño. Veinte años he estado en tu casa, y esto es lo que me ha tocado: trabajar catorce años a tu servicio por tus dos hijas, y seis años más por tu ganado; y tú continuamente me cambiabas el salario. Si el Dios de mi padre —el Dios de Abrahán, el Terror de Isaac— no hubiera estado conmigo, es bien seguro que me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche salió en mi defensa. Labán le replicó a Jacob: —Estas mujeres son mis hijas, estos muchachos son mis nietos, este ganado también es mío y todo lo que aquí ves me pertenece. ¿Qué puedo hacer hoy por estas hijas mías y por los hijos que han dado a luz? Hagamos una alianza tú y yo, y quede como testimonio entre nosotros.
GÉNESIS 31:40-44 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
De día me moría de calor; de noche me moría de frío, ¡y hasta el sueño se me iba! Veinte años he estado en tu casa, y esto es lo que me ha tocado: trabajar catorce años a tu servicio por tus dos hijas, y seis años por tus animales; y tú continuamente me cambiabas el salario. De no haber estado conmigo el Dios de Abraham, el Dios que adoraba mi padre Isaac, seguro estoy de que me habrías mandado con las manos vacías. Pero Dios vio mi tristeza y el resultado de mi trabajo, y anoche te reprendió. Entonces Labán contestó a Jacob: –Las hijas son mis hijas, los nietos son mis nietos y las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que aquí ves es mío! Sin embargo, ¿qué puedo hacer ahora a mis hijas o a los hijos que ellas han tenido? Por eso, ven; hagamos tú y yo un pacto que sirva como testimonio entre nosotros dos.
GÉNESIS 31:40-44 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
De día me consumía el calor, y de noche me moría de frío, y ni dormir podía. De los veinte años que estuve en tu casa, catorce te serví por tus dos hijas, y seis por tu ganado, y muchas veces me cambiaste el salario. Si no hubiera estado conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, el Dios a quien Isaac temía, seguramente me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche me hizo justicia. Labán le replicó a Jacob: ―Estas mujeres son mis hijas, y estos muchachos son mis nietos; mías también son las ovejas; todo lo que ves me pertenece. Pero ¿qué podría hacerles ahora a mis hijas y a mis nietos? Hagamos un pacto tú y yo, y que ese pacto nos sirva como testimonio.