GÉNESIS 15:2-6
GÉNESIS 15:2-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
Respondió Abram: —Señor, ¿qué me darás, si no me has dado hijos y el mayordomo de mi casa es ese Eliezer, el damasceno? Dijo también Abram: —Como no me has dado prole, mi heredero será un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra del Señor: —No te heredará este, sino que un hijo tuyo será el que te herede. Entonces lo llevó fuera y le dijo: —Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. Y añadió: —Así será tu descendencia. Abram creyó al Señor y le fue contado por justicia.
GÉNESIS 15:2-6 La Palabra (versión española) (BLP)
Abrán respondió: —Mi Dios y Señor, ¿para qué me vas a dar nada, si yo sigo sin tener hijos y el heredero de mi hacienda será Eliezer el damasceno? Y añadió: —No me has dado descendencia y mi herencia habrá de ser para uno de mis criados. Pero el Señor le respondió: —¡No! Ese hombre no será tu heredero; el heredero será tu propio hijo. Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: —Echa un vistazo al cielo y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. ¡Así será tu descendencia! Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad.
GÉNESIS 15:2-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero Abram le contestó: –Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si, como tú bien sabes, no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados. El Señor le contestó: –Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño. Entonces el Señor llevó fuera a Abram y le dijo: –Mira bien el cielo y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues así será el número de tus descendientes. Abram creyó al Señor, y por eso el Señor le aceptó como justo
GÉNESIS 15:2-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pero Abram le respondió: ―SEÑOR y Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco? Como no me has dado ningún hijo, mi herencia la recibirá uno de mis criados. ―¡No! Ese hombre no ha de ser tu heredero —le contestó el SEÑOR—. Tu heredero será tu propio hijo. Luego el SEÑOR lo llevó afuera y le dijo: ―Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia! Abram creyó al SEÑOR, y el SEÑOR se lo reconoció como justicia.