GÉNESIS 1:24-31
GÉNESIS 1:24-31 Reina Valera 2020 (RV2020)
Y dijo Dios: —Produzca la tierra seres vivos según su especie: bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios los animales de la tierra según su especie, ganado según su género y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y sobre las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre ella. Y creó Dios al ser humano a su imagen, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla; señoread sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra». Después dijo Dios: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. Os servirán de alimento». Pero a toda bestia de la tierra, a todas las aves de los cielos y a todo lo que tiene vida y se arrastra sobre la tierra, toda planta verde les servirá de alimento. Y fue así. Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día.
GÉNESIS 1:24-31 La Palabra (versión española) (BLP)
Y dijo Dios: —Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, reptiles y animales salvajes, todos por especies. Y sucedió así. Dios hizo los animales salvajes, los animales domésticos y todos los reptiles del campo, cada uno según su especie. Vio Dios que esto era bueno. Dijo entonces Dios: —Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza para que domine sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo. Y creó Dios al ser humano a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios diciéndoles: «Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo». Les dijo también: «Os confío todas las plantas que en la tierra engendran semilla, y todos los árboles con su fruto y su semilla; ellos os servirán de alimento». A todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra, la hierba verde les servirá de alimento. Y así sucedió. Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el sexto día.
GÉNESIS 1:24-31 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces Dios dijo: “Produzca la tierra toda clase de animales domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo.” Y así fue. Dios hizo estos animales y vio que todo estaba bien. Entonces dijo: “Ahora hagamos al hombre. Será semejante a nosotros, y tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.” Cuando Dios creó al hombre, lo creó semejante a Dios mismo. Hombre y mujer los creó, y les dio su bendición: “Tened muchos, muchos hijos; llenad el mundo y gobernadlo; dominad sobre los peces, las aves y todos los animales que se arrastran.” Después les dijo: “Mirad, yo os doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso os servirá de alimento. Pero a los animales salvajes, a los que se arrastran por el suelo y a las aves, les doy la hierba como alimento.” Así fue, y Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien. De este modo se completó el sexto día.
GÉNESIS 1:24-31 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Y dijo Dios: «¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes y reptiles, según su especie!» Y sucedió así. Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes y todos los reptiles, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno, y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sed fructíferos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; dominad a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo». También les dijo: «Yo os doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto os servirá de alimento. Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra». Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el sexto día.