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GÁLATAS 6:1-18

GÁLATAS 6:1-18 Reina Valera 2020 (RV2020)

Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo con espíritu de mansedumbre. Al hacerlo, considérate a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. El que se cree ser algo, aunque no es nada, a sí mismo se engaña. Así que, cada uno examine su propia conducta y entonces tendrá motivo de jactarse, pero solo respecto de sí mismo y no por otro; porque cada uno asumirá su propia responsabilidad. El que recibe enseñanza en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que le enseña. No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará. El que siembra para su carne, de su carne cosechará destrucción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propia mano. Esos que os obligan a cincuncidaros, solo lo hacen para agradar a los demás y para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para jactarse de esa señal en vuestro cuerpo. Pero lejos esté de mí jactarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo. Porque, en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada ni la incircuncisión. Lo que importa es ser una nueva criatura. A todos los que anden conforme a esta norma, que la paz y la misericordia sea sobre ellos, y sobre el Israel de Dios. De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

GÁLATAS 6:1-18 La Palabra (versión española) (BLP)

Hermanos, si alguno incurre en falta, vosotros, los animados por el Espíritu, corregidlo con amabilidad. Y manteneos todos sobre aviso, porque nadie está libre de ser puesto a prueba. Ayudaos mutuamente a soportar las dificultades, y así cumpliréis la ley de Cristo. Si alguno se figura ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Que cada uno examine su propia conducta y sea la suya, sin compararla con la del prójimo, la que le proporcione motivos de satisfacción, pues cada uno debe llevar su propia carga. Por su parte, el que recibe instrucción en la fe, debe compartir todos sus bienes con el que lo instruye. No os hagáis ilusiones: de Dios no se burla nadie. Lo que cada uno haya sembrado, eso cosechará. Quien siembre para satisfacer sus apetitos desordenados, de ellos cosechará frutos de muerte; mas quien siembre para agradar al Espíritu, el Espíritu le dará una cosecha de vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien ya que, si no desfallecemos, a su tiempo recogeremos la cosecha. En una palabra, aprovechemos cualquier oportunidad para hacer el bien a todos, y especialmente a los hermanos en la fe. Mirad con qué letras tan grandes os escribo; son de mi propio puño y letra. Quienes os fuerzan a circuncidaros, lo hacen para quedar bien ante los demás y no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. Porque lo que es la ley, ni los mismos circuncidados la observan. Si quieren que os circuncidéis, es solo para presumir de haberos obligado a pasar por ese rito. Por mi parte, si de algo presumo, es de nuestro Señor Jesucristo crucificado; en su cruz, el mundo ha muerto para mí y yo para el mundo. ¡Qué más da estar circuncidados o no estarlo! Lo que importa es ser nuevas criaturas. Paz y misericordia a cuantos se ajusten a esta norma, y al Israel de Dios. ¡Y a ver si en adelante no me ocasionáis más preocupaciones! Bastante tengo con llevar impresas en mi cuerpo las marcas de Jesús. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros, hermanos. Amén.

GÁLATAS 6:1-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Hermanos, si veis que alguien ha caído en algún pecado, vosotros, que sois espirituales, debéis ayudarle a corregirse. Pero hacedlo amablemente, y que cada cual tenga mucho cuidado, no suceda que también él sea puesto a prueba. Ayudaos mutuamente a soportar las cargas y de esa manera cumpliréis la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, a sí mismo se engaña. Cada uno debe juzgar su propia conducta, y si ha de sentirse satisfecho, que lo sea respecto de sí mismo y no respecto de los demás, pues cada uno tiene que llevar su propia carga. El que recibe instrucción en el mensaje del evangelio debe compartir con su maestro toda clase de bienes. No os engañéis: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, eso mismo se cosecha. El que siembra la semilla de sus malos deseos, de sus malos deseos recogerá una cosecha de muerte; el que siembra la semilla del Espíritu, del Espíritu recogerá una cosecha de vida eterna. Así que no debemos cansarnos de hacer el bien, porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. Por eso, siempre que podamos, hagamos el bien a todos y especialmente a nuestros hermanos en la fe. ¡Mirad con qué letras tan grandes os estoy escribiendo ahora con mi propia mano! Esos que os quieren obligar a circuncidaros, tan solo lo hacen por quedar bien con la gente y no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. Pero ni siquiera los que se circuncidan cumplen todo lo que la ley dice. En cambio quieren que vosotros os circuncidéis, para así presumir de haberos obligado a llevar esa marca en el cuerpo. En cuanto a mí, de nada quiero presumir sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues por medio de la cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo. De nada vale el estar o no circuncidados; lo que sí vale es el haber sido creados de nuevo. Recibid paz y misericordia todos los que vivís según esta regla y todos los del Israel de Dios. De ahora en adelante no quiero que nadie me cause más dificultades, pues las cicatrices que llevo en el cuerpo demuestran que soy un siervo de Jesús. Hermanos, que nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia sobre todos vosotros. Amén.

GÁLATAS 6:1-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, vosotros que sois espirituales debéis restaurarlo con una actitud humilde. Pero que cada cual tenga cuidado, porque también puede ser tentado. Ayudaos unos a otros a llevar las cargas, y así cumpliréis la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Cada cual examine su propia conducta; y, si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad. El que recibe instrucción en la palabra de Dios comparta todo lo bueno con quien le enseña. No os engañéis: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. Mirad que os escribo de mi puño y letra, ¡y con letras bien grandes! Los que tratan de obligaros a que os circuncidéis lo hacen únicamente para dar una buena impresión y evitar ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo. Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que os quieren obligar a circuncidaros para luego jactarse de la señal que llevaríais en el cuerpo. En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo. Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación. Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma, y sobre el Israel de Dios. Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las cicatrices de Jesús. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de vosotros. Amén.