GÁLATAS 1:1-5
GÁLATAS 1:1-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pablo, apóstol, no por disposición ni intervención humana alguna, sino por Jesucristo y por Dios Padre que lo resucitó de los muertos, y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
GÁLATAS 1:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Pablo, apóstol no por disposición ni intervención humana alguna, sino por encargo de Jesucristo y de Dios Padre que lo resucitó de la muerte, junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia. Que Dios Padre y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. Jesucristo ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre, a quien pertenece la gloria por siempre. Amén.
GÁLATAS 1:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pablo, apóstol, no enviado ni designado por los hombres, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre que le resucitó de los muertos, junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de la provincia de Galacia. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros. Jesucristo se entregó a la muerte por nuestros pecados, para librarnos del presente mundo perverso, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. ¡Gloria a Dios para siempre! Amén.
GÁLATAS 1:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pablo, apóstol, no por investidura ni mediación humanas, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo levantó de entre los muertos; y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz. Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.