EZEQUIEL 34:2-10
EZEQUIEL 34:2-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
—Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no apacientan a los rebaños? Os alimentáis con la leche de las ovejas, os vestís con su lana y degolláis a la engordada, pero no las apacentáis. No fortalecisteis a las débiles ni curasteis a la enferma; no vendasteis la perniquebrada ni volvisteis al redil a la descarriada ni buscasteis a la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Andan errantes por falta de pastor y son presa de todas las fieras del campo. ¡Se han dispersado! Han andado perdidas mis ovejas por todos los montes y por todo collado alto. Por toda la tierra fueron esparcidas mis ovejas y no hubo quien las buscara ni quien preguntara por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra del Señor: Vivo yo, ha dicho el Señor, que por cuanto mi rebaño fue expuesto al robo, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron a mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos y no apacentaron a mis ovejas; por eso, pastores, oíd palabra del Señor. Así ha dicho el Señor: ¡Yo estoy contra los pastores y voy a pedirles cuentas de mis ovejas! Haré que dejen de apacentar mis ovejas, y ya no se apacentarán más los pastores a sí mismos, pues yo libraré a mis ovejas de sus bocas para que ya no les sirvan de alimento.
EZEQUIEL 34:2-10 La Palabra (versión española) (BLP)
—Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y diles: Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No es función de los pastores apacentar el rebaño? Habéis bebido la leche de las ovejas, os habéis vestido con su lana y habéis sacrificado a las más rollizas: no habéis apacentado el rebaño. No habéis robustecido a las ovejas débiles, no habéis curado a las enfermas, no habéis vendado a las heridas, no habéis recuperado a las descarriadas, no habéis buscado a las perdidas, sino que las habéis dominado con dureza y violencia. Han andado dispersas, sin pastor, convertidas en presa de todas las fieras del campo. Mi rebaño anda errante por todos los montes y colinas, disperso por todo el país, sin que nadie se preocupe por él ni lo busque. Por eso, escuchad, pastores, la palabra del Señor. Lo juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios—: Habéis abandonado a mi rebaño a merced del pillaje, hasta convertirlo, por falta de pasto, en presa de todas las fieras del campo; no os habéis preocupado de mi rebaño y os habéis apacentado a vosotros mismos, en lugar de apacentar a mi rebaño; pues escuchad ahora, pastores, la palabra del Señor. Esto dice el Señor Dios: Aquí estoy, enfrentado a los pastores. Voy a exigir que me devuelvan mi rebaño, voy a poner fin a su oficio de pastores; ya no volverán a apacentarse a sí mismos; arrancaré a mis ovejas de sus fauces para que ya no les sirvan de alimento.
EZEQUIEL 34:2-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Tú, hombre, habla en mi nombre contra los pastores de Israel. Diles: ‘Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se cuidan a sí mismos! Lo que deben cuidar los pastores es el rebaño. Vosotros os bebéis la leche, os hacéis vestidos con la lana y matáis las ovejas más gordas, pero no cuidáis el rebaño. No ayudáis a las ovejas débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las que tienen una pata rota, ni hacéis volver a las que se extravían, ni buscáis a las que se pierden, sino que las tratáis con dureza y crueldad. Mis ovejas se quedaron sin pastor, se dispersaron y las fieras salvajes se las comieron. Se dispersaron por todos los montes y cerros altos, se extraviaron por toda la tierra y no hubo nadie que se preocupara por ellas y fuera a buscarlas. ‘Así que, pastores, escuchad bien mis palabras. Yo, el Señor, lo juro por mi vida: Fieras salvajes de todas clases han robado y devorado a mis ovejas, que no tienen pastor. Mis pastores no van en busca de las ovejas. Los pastores cuidan de sí mismos, pero no de mi rebaño. Por eso, pastores, escuchad las palabras que yo, el Señor, os dirijo: Pastores, yo me declaro vuestro enemigo y os voy a reclamar mi rebaño; voy a quitaros el encargo de cuidarlo, para que no os sigáis cuidando a vosotros mismos; rescataré a mis ovejas, para que no os las sigáis comiendo.’
EZEQUIEL 34:2-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
«Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Ay de vosotros, pastores de Israel, que solo os cuidáis a vosotros mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? Vosotros os bebéis la leche, os vestís con la lana y matáis las ovejas más gordas, pero no cuidáis del rebaño. No fortalecéis a la oveja débil, no cuidáis de la enferma ni curáis a la herida; no vais a por la descarriada ni buscáis a la perdida. Al contrario, tratáis al rebaño con crueldad y violencia. Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Por eso están a merced de las fieras salvajes. Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas. »”Por tanto, pastores, escuchad bien la palabra del SEÑOR: Tan cierto como que yo vivo —afirma el SEÑOR omnipotente—, que por falta de pastor mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las fieras salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos, pero no de mis ovejas. Por tanto, pastores, escuchad la palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑOR omnipotente: Yo estoy en contra de mis pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas, y no se apacentarán más a sí mismos. Arrebataré de sus fauces a mis ovejas, para que no les sirvan de alimento.