EZEQUIEL 18:1-9
EZEQUIEL 18:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Vino a mí palabra del Señor: —¿Qué pensáis vosotros, los que en la tierra de Israel repetís este refrán, que dice: «Los padres comieron las uvas agrias, y a los hijos les dio dentera»? Vivo yo, dice el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. Todas las almas son mías: como el alma del padre, así el alma del hijo es mía. El alma que peque, esa morirá. El hombre que es justo, que actúa conforme al derecho y la justicia; que no come sobre los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; que no viola a la mujer de su prójimo, ni tiene relaciones sexuales durante la menstruación de la mujer; que no oprime a nadie, sino que al deudor devuelve su prenda; que no comete robo alguno; que da su pan al hambriento y cubre con vestido al desnudo; que no presta con interés o con usura; que retrae su mano de la maldad y practica verdaderamente la justicia entre unos y otros; que camina en mis ordenanzas y cumple mis decretos a fin de actuar rectamente, este es justo, y por eso, vivirá, dice el Señor.
EZEQUIEL 18:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor me dirigió la palabra: —¿Qué queréis decir cuando repetís este refrán en territorio de Israel: «Los padres comieron los agraces y los hijos padecen la dentera»? Lo juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que no tendréis oportunidad de repetir este refrán en Israel. Todas las personas me pertenecen, lo mismo un padre que su hijo. Y la persona que peque, morirá. Si una persona es honrada y practica el derecho y la justicia, si no participa en los banquetes sacrificiales de los montes ni pone sus ojos en los ídolos de Israel, si no deshonra a la mujer de su prójimo ni tiene relaciones con una mujer durante la menstruación, si no extorsiona a nadie, devuelve la prenda al deudor y no roba, si da su pan al hambriento y proporciona ropa al desnudo, si no presta a interés ni saca de ello provecho alguno, si evita hacer el mal y juzga rectamente a los demás, si vive conforme a mis normas y observa mis disposiciones actuando con honradez, esa persona es recta y seguro que vivirá —oráculo del Señor Dios.
EZEQUIEL 18:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor se dirigió a mí y me dijo: “¿Por qué en Israel no deja de repetirse aquel refrán que dice: ‘Los padres comen uvas agrias y los hijos tienen la dentera’? Yo, el Señor, juro por mi vida que nunca volveréis a repetir este refrán en Israel. A mí me pertenece todo ser humano, lo mismo el padre que el hijo. Aquel que peque, morirá. “El hombre recto es el que hace lo que es justo y recto: no participa en los banquetes que se celebran en las colinas para honrar a los ídolos, ni pone su confianza en los falsos dioses de Israel; no le quita la mujer a su prójimo, ni se une con su propia mujer cuando ella está en su periodo de menstruación; no oprime a nadie, sino que devuelve a su deudor lo que había recibido de él en prenda; no roba a nadie; comparte su pan con el hambriento y da ropa al desnudo; no presta dinero con usura ni exige intereses; no causa daño a nadie; es justo cuando juzga un pleito entre dos personas; actúa de acuerdo con mis leyes y cumple fielmente mis mandamientos. Ese hombre es verdaderamente recto, y por lo tanto vivirá. Yo, el Señor, lo afirmo.
EZEQUIEL 18:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR me habló diciendo: «¿A qué viene tanta repetición de este proverbio tan conocido en Israel: “Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos les produjo dentera?” Yo, el SEÑOR omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este proverbio en Israel. La persona que peque morirá. Sabed que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo. »Quien es justo practica el derecho y la justicia; no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo, ni se acuesta con su mujer en los días de su menstruación. No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo. No presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y juzga imparcialmente entre los rivales. Obedece mis decretos y cumple fielmente mis leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.