ÉXODO 8:20-28
ÉXODO 8:20-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
El Señor dijo a Moisés: —Levántate de mañana y preséntate ante Faraón, cuando él salga al río, y dile: «El Señor ha dicho así: Deja ir a mi pueblo para que me sirva, porque si no dejas ir a mi pueblo, yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; las casas de los egipcios se llenarán de todo tipo de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. Aquel día pondré aparte a la tierra de Gosén, donde habita mi pueblo, para que no haya en ella ninguna clase de moscas, a fin de que sepas que yo soy el Señor en medio de la tierra. Y yo haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal». El Señor lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos y sobre todo el país de Egipto; la tierra fue corrompida a causa de ellas. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: —Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios, pero dentro del país. Moisés respondió: —No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos al Señor, nuestro Dios, lo que es abominación para los egipcios. Si sacrificáramos lo que es abominación para los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? Iremos por el desierto, tres días de camino, y ofreceremos sacrificios al Señor, nuestro Dios, como él nos diga. Dijo Faraón: —Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios al Señor, vuestro Dios, en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
ÉXODO 8:20-28 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor cumplió lo que había anunciado, y un enjambre de tábanos se precipitó sobre el palacio del faraón y las casas de sus cortesanos. Los tábanos dejaron todo el país completamente asolado. Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: —Id y rendid culto a vuestro Dios, pero sin salir de los límites del país. Respondió Moisés: —No podemos hacer eso, pues lo que nosotros ofrecemos en sacrificio al Señor, nuestro Dios, es abominable para los egipcios; y si inmolásemos a la vista de ellos lo que consideran abominable, sin duda nos apedrearían. Debemos hacer un viaje de tres días por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios, según él nos ha ordenado. El faraón replicó: —Os dejaré salir para ofrecer sacrificios al Señor vuestro Dios, con la condición de que no os alejéis demasiado. Y rogad también por mí. Moisés repuso: —En cuanto yo salga de tu presencia, rogaré al Señor para que mañana mismo los tábanos se alejen de ti, de tus cortesanos y de tu pueblo, pero siempre y cuando no vuelvas a engañarnos ni a impedir que los israelitas salgan a ofrecer sacrificios al Señor. Apenas salió de la presencia del faraón, Moisés suplicó al Señor, y el Señor accedió a la petición de Moisés; los tábanos se alejaron del faraón, de sus cortesanos y de su pueblo. ¡No quedó ni un tábano! Pero el faraón, una vez más, mantuvo su intransigencia y no dejó salir al pueblo.
ÉXODO 8:20-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor dijo a Moisés: –El faraón va a ir mañana temprano al río, así que levántate de madrugada y ve a decirle: ‘Así ha dicho el Señor: Deja ir a mi pueblo, para que me adore. Porque si no lo dejas ir, yo enviaré tábanos sobre ti, sobre tus funcionarios y tu gente, y sobre tus casas. Se llenarán de tábanos las casas de los egipcios, y hasta el suelo mismo. Pero cuando eso suceda, haré una excepción con la región de Gosen, donde vive mi pueblo. Allí no habrá ni un solo tábano. Así sabrás que yo, el Señor, estoy en este país. Haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Esto tendrá lugar mañana.’ Así lo hizo el Señor, y una espesa nube de tábanos invadió el palacio del faraón, las casas de sus funcionarios y todo el territorio egipcio. Los tábanos dejaron el país completamente arruinado. Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: –Id a ofrecer sacrificios a vuestro Dios, pero sin salir del país. Moisés contestó: –No estaría bien hacerlo así, porque los animales que ofrecemos al Señor nuestro Dios son sagrados para los egipcios. Si los egipcios nos vieran sacrificar los animales que ellos adoran, estoy seguro de que nos matarían a pedradas. Debemos ir al desierto, a tres días de camino, y ofrecer allí sacrificios al Señor nuestro Dios, tal como él nos lo ordene. Entonces el faraón dijo: –Os dejaré ir al desierto para que ofrezcáis sacrificios al Señor vuestro Dios, pero con la condición de que no os vayáis demasiado lejos. Y pedidle también por mí.
ÉXODO 8:20-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR le dijo a Moisés: «Mañana vas a madrugar. Le saldrás al paso al faraón cuando baje al río, y le advertirás: “Así dice el SEÑOR: ‘Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto. Si no lo dejas ir, enviaré enjambres de tábanos sobre ti y sobre tus funcionarios, sobre tu pueblo y sobre tus casas. Todas las casas egipcias, y aun el suelo que pisan, se llenarán de tábanos. Cuando eso suceda, la única región donde no habrá tábanos será la de Gosén, porque allí vive mi pueblo. Así sabrás que yo, el SEÑOR, estoy en este país. Haré distinción entre mi pueblo y tu pueblo. Esta señal milagrosa tendrá lugar mañana’ ”». Y así lo hizo el SEÑOR. Densas nubes de tábanos irrumpieron en el palacio del faraón y en las casas de sus funcionarios, y por todo Egipto. Por causa de los tábanos, el país quedó arruinado. Llamó entonces el faraón a Moisés y a Aarón, y les dijo: ―Id y ofreced sacrificios a vuestro Dios aquí en el país. ―No estaría bien hacerlo así —contestó Moisés—, porque los sacrificios que ofrecemos al SEÑOR nuestro Dios resultan ofensivos para los egipcios. Si a la vista de ellos ofrecemos sacrificios que les son ofensivos, seguramente nos apedrearán. Tenemos que hacer un viaje de tres días, hasta el desierto, para ofrecerle sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, pues así nos lo ha ordenado. El faraón respondió: ―Voy a dejaros ir para que ofrezcáis sacrificios al SEÑOR vuestro Dios en el desierto, con tal de que no os vayáis muy lejos y de que roguéis a Dios por mí.