ÉXODO 36:8-38
ÉXODO 36:8-38 Reina Valera 2020 (RV2020)
Los más hábiles de entre todos los que realizaban la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines bellamente trabajados. Cada cortina medía doce metros y medio de largo por dos metros de ancho, y las once cortinas eran de la misma medida. Unieron entre sí cinco de las cortinas, y lo mismo hicieron con las cinco restantes. Luego pusieron lazadas azules en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y lo mismo hicieron en la orilla de la cortina final de la segunda serie. Cincuenta lazadas pusieron en la primera cortina, y otras tantas en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas de cada una se correspondían con las de la otra. Hicieron también cincuenta corchetes de oro, con los que enlazaron las cortinas una con otra, y así el tabernáculo formó un todo. Hizo cortinas de pelo de cabra para una tienda que cubriera el tabernáculo; once en total. Cada cortina medía trece metros y medio de largo por un metro y ochenta centímetros de ancho, y las once cortinas eran de la misma medida. Y unió cinco de las cortinas aparte, y las otras seis también aparte. Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otras tantas en la orilla de la cortina final de la segunda serie. También hizo cincuenta corchetes de bronce para enlazar la tienda, de modo que formara un todo. Para la tienda hizo una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y otra de pieles de tejones encima. Además, hizo de madera de acacia las tablas para el tabernáculo, y las puso derechas. Cada tabla medía cuatro y medio metros de largo por sesenta y cinco centímetros de ancho. Cada tabla tenía dos espigas, para unirlas una con otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo. Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo: veinte tablas para el lado sur. Hizo también cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y otras dos debajo de otra tabla para sus dos espigas. Y para el otro lado del tabernáculo, al norte, hizo otras veinte tablas, con sus cuarenta basas de plata: dos debajo de una tabla, y otras dos debajo de otra. Y para el lado occidental del tabernáculo hizo seis tablas. Para las esquinas del tabernáculo, en los dos lados, hizo dos tablas, que se unían desde abajo, y por arriba se ajustaban con un gozne; así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas. Eran, pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis: dos basas debajo de cada tabla. Hizo también las barras de madera de acacia: cinco para las tablas de un lado del tabernáculo, otras tantas para las tablas del otro lado del tabernáculo e idéntico número para las tablas del lado posterior del tabernáculo, hacia el occidente. E hizo que la barra pasara por en medio de las tablas de un extremo al otro. Recubrió de oro las tablas y les hizo argollas de oro para pasar por ellas las barras; también recubrió de oro las barras. Hizo asimismo el velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; lo hizo con querubines bellamente trabajados. Para colgarlo, hizo cuatro columnas de madera de acacia y las recubrió de oro. Sus capiteles eran también de oro; y fundió para ellas cuatro basas de plata. Hizo también el velo para la puerta del tabernáculo, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador, con sus cinco columnas y sus capiteles. Recubrió de oro los capiteles y las molduras, e hizo de bronce sus cinco basas.
ÉXODO 36:8-38 La Palabra (versión española) (BLP)
Los artesanos más hábiles hicieron la Morada con diez cortinas de lino trenzado con púrpura violeta, escarlata y carmesí, y con querubines esmeradamente bordados. Cada cortina medía catorce metros de largo, por dos de ancho; todas las cortinas tenían las mismas medidas. Cinco cortinas estaban unidas una con otra, y las otras cinco las empalmaron de igual modo. Luego, en el borde de la primera serie de cortinas, pusieron unas presillas de púrpura violeta; y lo mismo hicieron en el borde de la última cortina del otro grupo. Pusieron cincuenta presillas en la primera cortina y otras cincuenta en la última del segundo grupo. Las presillas se correspondían entre sí. Enlazaron un cuerpo de cortinas con el otro mediante cincuenta corchetes de oro, de modo que la Morada formó un todo. También se tejieron con pelo de cabra once cortinas para la cubierta de la Morada. Todas las cortinas medían lo mismo: quince metros de largo, por dos de ancho. Cinco cortinas iban empalmadas por una parte, y las seis restantes por la otra. Los bordes de cada serie de cortinas empalmadas iban rematados con cincuenta presillas; fabricaron también cincuenta pasadores de bronce los cuales, metidos por las presillas, cerraban la Tienda formando un todo. Se fabricó, además, para la Tienda una cubierta de pieles de carnero curtidas y una sobrecubierta de pieles de marsopa. Luego prepararon unos tableros de madera de acacia y los colocaron verticalmente para formar la Morada. Cada tablero medía cinco metros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho; y tenía dos espigas, para ensamblarlos uno con otro. Todos los tableros de la Morada fueron hechos de la misma forma. Para el lado de la Morada que mira al sur, hicieron veinte tableros debajo de los cuales colocaron cuarenta basas de plata, una para cada una de las dos espigas de cada tablero. Para el otro lado de la Morada, el que mira al norte, también prepararon veinte tableros con sus cuarenta basas de plata, dos por cada tablero. Y para la parte de la Morada que mira a poniente, prepararon seis tableros, además de otros dos que situaron en las esquinas posteriores de la Morada, y que estaban unidos de abajo arriba hasta la primera argolla, formando de este modo los dos ángulos del santuario. Eran, pues, en total ocho tableros con sus correspondientes dieciséis basas de plata; dos por tablero. Prepararon también cinco travesaños de madera de acacia para los tableros de un lado de la Morada, y cinco para los del otro lado y cinco más para los tableros de la parte posterior, la que mira al poniente. El travesaño central lo hicieron de tal forma que pasara por entre los tableros, de una punta a otra. Revistieron de oro los tableros y les pusieron unas argollas de oro por donde pasaban los travesaños, que estaban igualmente revestidos de oro. Hicieron, además, un velo de lino trenzado y púrpura violeta, escarlata y carmesí, con querubines esmeradamente bordados. Para colgar el velo, hicieron cuatro columnas de madera de acacia revestidas de oro, con ganchos también de oro, y las apoyaron sobre cuatro basas de plata. Para la entrada de la Tienda hicieron una cortina de lino fino trenzado y púrpura violeta, escarlata y carmesí, todo ello esmeradamente recamado; y colgaron la cortina de cinco columnas de madera de acacia revestidas de oro lo mismo que sus ganchos, capiteles y molduras; en cambio, las cinco basas para las columnas, se fundieron en bronce.
ÉXODO 36:8-38 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los que tenían más aptitudes artísticas que el resto de los trabajadores, hicieron el santuario. Lo hicieron de diez cortinas de lino torcido, tela morada, tela de púrpura y tela roja, en las que bordaron artísticamente dos seres alados. Cada cortina medía doce metros y medio de largo por dos de ancho. Todas medían lo mismo. Cinco cortinas las cosieron juntas, una sobre la otra, lo mismo que las otras cinco. Luego hicieron unos ojales de cordón morado en el borde de la primera cortina de un grupo, y también en el borde de la última cortina del otro grupo. Tanto a la cortina del primer grupo como a la del segundo grupo les hicieron cincuenta ojales, de tal manera que los ojales quedaran uno frente al otro. También hicieron cincuenta ganchos de oro para enganchar un grupo de cortinas sobre el otro, y así el santuario formaba un todo. Besalel hizo también once cortinas de pelo de cabra para formar una tienda de campaña que cubriera el santuario. Cada cortina medía trece metros y medio de largo por dos de ancho. Todas medían lo mismo. Cosió cinco cortinas juntas por una parte y seis por otra. Luego hizo cincuenta ojales en el borde de la cortina que cerraba el primer grupo, y otros cincuenta ojales en el borde de la última cortina del segundo grupo. También hizo cincuenta ganchos de bronce para unir completamente la tienda de campaña. Para la tienda de campaña, Besalel hizo una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y para la parte superior hizo una cubierta de pieles finas. Luego hizo las tablas de madera de acacia para el santuario, y las puso bien derechas. Cada tabla medía cuatro metros y medio de largo por sesenta y cinco centímetros de ancho, y tenía dos espigas para ensamblarla con otra tabla. Todas las tablas para el santuario las hizo así. Hizo veinte tablas para el lado sur y puso cuarenta bases de plata debajo de ellas. Cada tabla tenía debajo dos bases para sus dos espigas. También para el otro lado del santuario, o sea el lado norte, hizo veinte tablas con sus cuarenta bases de plata, para que debajo de cada tabla hubiera dos bases. Para la parte posterior del santuario, o sea el lado oeste, hizo seis tablas, y dos tablas más para las esquinas de la parte posterior. Estas tablas formaban pareja y estaban unidas por la parte de arriba hasta el primer anillo. Esto fue lo que hizo con las dos tablas para las dos esquinas, así que había ocho tablas con sus correspondientes dieciséis bases de plata, y debajo de cada tabla había dos bases. Besalel hizo también cinco travesaños de madera de acacia para las tablas de un lado del santuario, cinco travesaños para las tablas del otro lado del santuario, y otros cinco travesaños para las tablas de la parte posterior, la que daba al oeste. El travesaño central lo hizo de modo que pasara de un lado al otro, a la mitad de las tablas. Luego recubrió de oro las tablas, y les hizo argollas de oro para pasar por ellas los travesaños, ya recubiertos de oro. Hizo además el velo de tela morada, tela de púrpura, tela roja y lino torcido, y en él tejió artísticamente dos seres alados. Luego, con unos ganchos de oro, lo colgó de cuatro postes de madera de acacia, los cuales estaban recubiertos de oro y montados sobre cuatro bases de plata. Para la entrada de la tienda de campaña hizo una cortina de tela morada, tela de púrpura, tela roja y lino torcido, bordada artísticamente. También hizo cinco postes con ganchos y con sus cinco bases de bronce, y recubrió de oro la parte superior de los postes y sus anillos.
ÉXODO 36:8-38 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Todos los obreros con espíritu artístico hicieron el santuario con diez cortinas de lino fino y de lana púrpura, carmesí y escarlata, con querubines artísticamente bordados en ellas. Todas las cortinas medían lo mismo, es decir, doce metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. Cosieron cinco cortinas una con otra, e hicieron lo mismo con las otras cinco. En el borde de la cortina, en el extremo del primer conjunto, hicieron presillas de lana púrpura; lo mismo hicieron con la cortina que estaba en el extremo del otro conjunto. También hicieron cincuenta presillas en una cortina, y otras cincuenta presillas en la cortina del extremo del otro conjunto, quedando las presillas unas frente a las otras. Después hicieron cincuenta ganchos de oro y los usaron para sujetar los dos conjuntos de cortinas, de modo que el santuario tenía unidad de conjunto. Hicieron un total de once cortinas de pelo de cabra para cubrir el santuario a la manera de una tienda de campaña. Las once cortinas tenían las mismas medidas, es decir, trece metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. Cosieron dos conjuntos de cortinas, uno de cinco y otro de seis; hicieron cincuenta presillas en el borde de la cortina del extremo de uno de los conjuntos, y también en el borde de la cortina del extremo del otro conjunto, e hicieron cincuenta ganchos de bronce para unir la tienda en un solo conjunto. Luego hicieron para la tienda un toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, y sobre ese toldo pusieron otro de pieles de delfín. Hicieron tablones de madera de acacia para el santuario, y los colocaron en posición vertical. Cada tablón medía cuatro metros y medio de largo por setenta centímetros de ancho, con dos ranuras paralelas entre sí. Todos los tablones del santuario los hicieron así: Veinte tablones para el lado sur del santuario, con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura; veinte tablones para el lado opuesto, el lado norte del santuario, con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura; seis tablones para el extremo occidental del santuario, que era el más distante, y dos tablones más para las esquinas del santuario en el extremo opuesto. En estas dos esquinas, los tablones eran dobles de abajo hacia arriba, pero quedaban unidos por un solo anillo. En ambas esquinas se hizo lo mismo, de modo que había ocho tablones y dieciséis bases de plata, dos debajo de cada tablón. También hicieron travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones de un costado del santuario, cinco para los tablones del costado opuesto, y cinco para los tablones del costado occidental, en la parte posterior del santuario. El travesaño central lo hicieron de tal modo que pasaba de un extremo al otro, a media altura de los tablones. Recubrieron de oro los tablones, e hicieron unos anillos de oro para que los travesaños pasaran por ellos. También recubrieron de oro los travesaños. La cortina la hicieron de lana púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, con querubines artísticamente bordados en ella. Le hicieron cuatro postes de madera de acacia y los recubrieron de oro, les pusieron ganchos de oro, y fundieron para ellos cuatro bases de plata. Para la entrada de la tienda hicieron una cortina de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, recamada artísticamente, y cinco postes con ganchos, para los que hicieron cinco bases de bronce; también recubrieron de oro los capiteles y los empalmes de los postes.