ÉXODO 31:12-18
ÉXODO 31:12-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Continuó hablando el Señor a Moisés: —Tú hablarás a los hijos de Israel y les dirás: Guardaréis mis sábados, pues el sábado es una señal entre yo y vosotros, de generación en generación, para que sepáis que yo soy el Señor que os santifica. Así que guardaréis el día del sábado, porque santo es para vosotros; el que lo profane, sin duda morirá. Cualquier persona que haga alguna obra en él, será eliminada de su pueblo. Seis días se trabajará, pero el día séptimo es día de descanso consagrado al Señor. Cualquiera que trabaje en sábado, será condenado a muerte. Guardarán, pues, el sábado los hijos de Israel, y lo celebrarán a lo largo de sus generaciones como un pacto perpetuo. Para siempre será una señal entre los hijos de Israel y yo, porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y descansó. Cuando el Señor terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.
ÉXODO 31:12-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: “Habla tú mismo a los israelitas y diles esto: ‘Respetaréis mis sábados, porque esa es la señal entre vosotros y yo a lo largo de los siglos, para que se sepa que yo, el Señor, os he escogido. El sábado será sagrado para vosotros, y deberéis respetarlo. El que no respete ese día, será condenado a muerte. Además, la persona que trabaje en ese día será eliminada de entre su gente. Se podrá trabajar durante seis días, pero el día séptimo será día de reposo consagrado al Señor. Cualquiera que trabaje en sábado será condenado a muerte.’ Así que los israelitas han de respetar el reposo del sábado, como un pacto eterno a lo largo de los siglos. Será una señal permanente entre los israelitas y yo.” Porque el Señor hizo el cielo y la tierra en seis días, y el día séptimo dejó de trabajar y descansó. Cuando el Señor dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Dios.
ÉXODO 31:12-18 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor dijo a Moisés: —Di a los israelitas: Pero sobre todo, observaréis mis sábados, pues esta es la señal de la alianza sellada entre vosotros y yo durante todas vuestras generaciones. Así se conocerá que he sido yo, el Señor, quien os ha consagrado. El sábado será para vosotros un día sagrado; observadlo. Quien lo profane, morirá sin remedio. Todo aquel que realice cualquier trabajo en ese día será expulsado de su pueblo. Durante seis días podéis trabajar, pero el séptimo día es sábado, día de descanso solemne consagrado a mí. Si alguien trabaja, morirá sin remedio. Los israelitas y sus descendientes observarán el sábado como señal de alianza eterna. Para siempre este día será una señal de la alianza sellada entre los israelitas y yo, porque el Señor hizo el cielo y la tierra en seis días y el séptimo dejó de trabajar y descansó. Cuando el Señor terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio: tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.
ÉXODO 31:12-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR le ordenó a Moisés: «Diles lo siguiente a los israelitas: “Vosotros deberéis observar mis sábados. En todas las generaciones venideras, el sábado será una señal entre vosotros y yo, para que sepáis que yo, el SEÑOR, os he consagrado para que me sirváis. »”El sábado será para vosotros un día sagrado. Observadlo. »”Quien no lo observe será condenado a muerte. »”Quien haga algún trabajo en sábado será eliminado de su pueblo. »”Durante seis días se podrá trabajar, pero el día séptimo, el sábado, será de reposo consagrado al SEÑOR. »”Quien haga algún trabajo en sábado será condenado a muerte”. »Los israelitas deberán observar el sábado. En todas las generaciones futuras será para ellos un pacto perpetuo, una señal eterna entre ellos y yo. »En efecto, en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, y el séptimo día descansó». Y cuando terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas de la ley, que eran dos tablas de piedra escritas por el dedo mismo de Dios.