ÉXODO 20:1-23
ÉXODO 20:1-23 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dios habló y dijo todas estas palabras: —Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de esclavitud. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy el Señor, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente el Señor al que tome su nombre en vano. Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para el Señor, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día del sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No dirás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba. Al ver esto, el pueblo tuvo miedo y se mantuvo alejado. Entonces dijeron a Moisés: —Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. Moisés respondió al pueblo: —No temáis, pues Dios ha venido para poneros a prueba, para que su temor esté ante vosotros y no pequéis. Y mientras el pueblo se mantenía alejado, Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. El Señor dijo a Moisés: —Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que os he hablado desde el cielo. No os hagáis dioses de plata ni dioses de oro para ponerlos junto a mí.
ÉXODO 20:1-23 La Palabra (versión española) (BLP)
Dios pronunció todas estas palabras: —Yo soy el Señor, tu Dios, el que te libró de la esclavitud de Egipto. No tendrás otros dioses aparte de mí. No te harás escultura alguna o imagen de nada de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso que castiga en sus hijos, nietos y biznietos la maldad de los padres que me aborrecen; pero con los que me aman y guardan mis mandamientos, soy misericordioso por mil generaciones. No pronunciarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no dejará sin castigo al que tal haga. Acuérdate del sábado, para consagrarlo al Señor. Durante seis días trabajarás y harás en ellos todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso consagrado al Señor, tu Dios. En ese día no realizarás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el inmigrante que viva en tus ciudades. Porque el Señor hizo en seis días el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y el séptimo día descansó. Por eso mismo bendijo el Señor el sábado y lo declaró día sagrado. Honra a tu padre y a tu madre para que vivas muchos años en la tierra que el Señor tu Dios te da. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso en perjuicio de tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo suyo. El pueblo entero fue testigo de los truenos y relámpagos, del estruendo como de trompeta y del monte envuelto en humo; los israelitas estaban aterrorizados y se mantenían a distancia. Entonces dijeron a Moisés: —Háblanos tú y te escucharemos; pero que no nos hable Dios, porque moriremos. Moisés les respondió: —No temáis. Dios ha venido para poneros a prueba, para que le tengáis respeto y no pequéis. Y mientras Moisés se aproximaba a la nube oscura en la que estaba Dios, el pueblo se mantuvo a distancia. El Señor dijo a Moisés: —Di a los israelitas: Habéis visto que os he hablado desde el cielo. No os fabriquéis, pues, dioses de oro o plata, ni los pongáis junto a mí.
ÉXODO 20:1-23 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Dios habló, y dijo todas estas palabras: “Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo. “No tengas otros dioses aparte de mí. “No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos; pero que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos. “No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues el Señor no dejará sin castigo al que use mal su nombre. “Acuérdate del sábado, para consagrárselo al Señor. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas trabajo alguno en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo o tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que viva contigo. Porque el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró día sagrado. “Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. “No mates. “No cometas adulterio. “No robes. “No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo. “No codicies la casa de tu prójimo: no codicies su mujer, ni su esclavo o su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca.” Todos los israelitas fueron testigos de los truenos y relámpagos, del sonido de trompetas y del monte envuelto en humo; pero tenían miedo y se mantenían alejados. Así que dijeron a Moisés: –Háblanos tú, y obedeceremos; pero que no nos hable Dios, no sea que muramos. Moisés les contestó: –No tengáis miedo. Dios ha venido para poneros a prueba y para que siempre sintáis temor de él, a fin de que no pequéis. Y mientras el pueblo se mantenía alejado, Moisés se acercó a la nube oscura en la que estaba Dios. El Señor dijo a Moisés: “Diles esto a los israelitas: ‘Ya habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis ídolos de oro o plata para adorarlos como a mí.
ÉXODO 20:1-23 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: «Yo soy el SEÑOR tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. »No tengas otros dioses fuera de mí. »No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones. »No uses el nombre del SEÑOR tu Dios en falso. Yo, el SEÑOR, no tendré por inocente a quien se atreva a usar mi nombre en falso. »Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al SEÑOR tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo y consagró el día de reposo. »Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios. »No mates. »No cometas adulterio. »No robes. »No des falso testimonio en contra de tu prójimo. »No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca». Ante ese espectáculo de truenos y relámpagos, de sonidos de trompeta y de la montaña envuelta en humo, los israelitas temblaban de miedo y se mantenían a distancia. Así que le suplicaron a Moisés: ―Háblanos tú, y te escucharemos. Si Dios nos habla, seguramente moriremos. ―No tengáis miedo —les respondió Moisés—. Dios ha venido a poneros a prueba, para que sintáis temor de él y no pequéis. Entonces Moisés se acercó a la densa oscuridad en la que estaba Dios, pero los israelitas se mantuvieron a distancia. El SEÑOR le ordenó a Moisés: «Diles lo siguiente a los israelitas: “Vosotros mismos habéis oído que os he hablado desde el cielo. No me ofendáis; no os hagáis dioses de plata o de oro, ni los adoréis.