ÉXODO 2:1-10
ÉXODO 2:1-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Un hombre de la familia de Leví tomó por mujer a una hija de Leví, la cual concibió y dio a luz un hijo. Al ver que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses. Pero como no pudo ocultarlo más tiempo, tomó una canasta, la calafateó con asfalto y brea, colocó en ella al niño y la puso entre los juncos a la orilla del río. Y una hermana suya se apostó a lo lejos para ver qué le sucedía. La hija de Faraón descendió a lavarse al río y, mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del río, vio ella la canasta entre los juncos y envió una criada suya para que la recogiera. Cuando la abrió, vio al niño, que estaba llorando. Llena de compasión por él, exclamó: —¡Este es un niño de los hebreos! Entonces, la hermana del niño dijo a la hija de Faraón: —¿Quieres que llame a una nodriza de las hebreas para que te críe a este niño? —Ve —respondió la hija de Faraón. La joven fue y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: —Llévate a este niño y críamelo; yo te lo pagaré. La mujer tomó al niño y lo crió. Y cuando el niño creció, se lo entregó a la hija de Faraón, la cual lo crió como hijo suyo y le puso por nombre Moisés, pues dijo: «Porque de las aguas lo saqué».
ÉXODO 2:1-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu; la mujer concibió y dio a luz un niño. Viendo que era hermoso, lo tuvo oculto durante tres meses; pero no pudiendo esconderlo por más tiempo, tomó una canastilla de papiro, la calafateó con betún y brea, colocó en ella al niño y la dejó entre los juncos, a la orilla del río. La hermana del niño se quedó a poca distancia, para ver qué le sucedía. En esto, la hija del faraón bajó a bañarse al río, y mientras sus doncellas la seguían por la orilla, vio la canastilla entre los juncos y ordenó a su sierva que se la trajera. Al abrirla, encontró un niño que estaba llorando. Y con lástima exclamó: —¡Sin duda es un niño hebreo! Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del faraón: —¿Quieres que vaya a buscarte una nodriza hebrea para que amamante al niño? La hija del faraón le respondió: —Hazlo. La muchacha fue a buscar a la madre del niño, a la que dijo la hija del faraón: —Encárgate de este niño, críamelo y yo te pagaré. La mujer se llevó al niño y lo crio. Cuando el niño creció, se lo llevó a la hija del faraón, que lo adoptó como hijo suyo, y le puso el nombre de Moisés, diciendo: —«Yo lo saqué de las aguas».
ÉXODO 2:1-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu, la cual quedó embarazada y tuvo un hijo. Al ver ella que el niño era hermoso, lo escondió durante tres meses. Pero no pudiendo mantenerlo escondido por más tiempo, tomó un canastillo de junco, al que selló todas las rendijas con asfalto natural y brea para que no le entrara agua; luego puso al niño en el canastillo, y lo dejó entre los juncos, a la orilla del río Nilo. Además dijo a una hermana del niño que se quedara a cierta distancia, y que estuviera al tanto de lo que pasara con él. Más tarde, la hija del faraón bajó a bañarse al río y, mientras sus sirvientas paseaban por la orilla, vio el canastillo entre los juncos. Entonces mandó a una de sus esclavas que se lo trajera. Al abrir el canastillo y ver que dentro había un niño llorando, la hija del faraón sintió compasión de él y dijo: –Este es un niño hebreo. Entonces la hermana del niño propuso a la hija del faraón: –¿Te parece bien que llame a una nodriza hebrea, para que le dé el pecho a este niño? –Ve por ella –contestó la hija del faraón. Entonces la muchacha fue a buscar a la madre del niño, a quien la hija del faraón dijo: –Toma a este niño y críamelo, y yo te pagaré por tu trabajo. La madre del niño se lo llevó y lo crió, y cuando ya hubo crecido se lo entregó a la hija del faraón, que lo adoptó como hijo suyo y lo llamó Moisés, pues dijo: –Yo lo saqué del agua.
ÉXODO 2:1-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Hubo un levita que tomó por esposa a una mujer de su propia tribu. La mujer quedó embarazada y tuvo un hijo, y al verlo tan hermoso lo escondió durante tres meses. Cuando ya no pudo seguir ocultándolo, preparó una cesta de papiro, la embadurnó con brea y asfalto y, poniendo en ella al niño, fue a dejar la cesta entre los juncos que había a la orilla del Nilo. Pero la hermana del niño se quedó a cierta distancia para ver qué pasaría con él. En eso, la hija del faraón bajó a bañarse en el Nilo. Sus doncellas, mientras tanto, se paseaban por la orilla del río. De pronto la hija del faraón vio la cesta entre los juncos, y ordenó a una de sus esclavas que fuera por ella. Cuando la hija del faraón abrió la cesta y vio allí dentro un niño que lloraba, tuvo compasión de él y exclamó: ―¡Es un niño hebreo! La hermana del niño preguntó entonces a la hija del faraón: ―¿Quiere usted que vaya y llame a una nodriza hebrea, para que críe al niño por usted? ―Ve a llamarla —contestó. La muchacha fue y trajo a la madre del niño, y la hija del faraón le dijo: ―Llévate a este niño y críamelo. Yo te pagaré por hacerlo. Fue así como la madre del niño se lo llevó y lo crio. Ya crecido el niño, se lo llevó a la hija del faraón, y ella lo adoptó como hijo suyo; además, le puso por nombre Moisés, pues dijo: «¡Yo lo saqué del río!»