ÉXODO 14:26-28
ÉXODO 14:26-28 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero el Señor dijo a Moisés: —Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas se precipiten sobre los egipcios, sus carros y su caballería. Moisés extendió su mano sobre el mar y, al despuntar el día, el mar volvió a su estado normal. Los egipcios trataron de huir, pero se encontraron con las aguas, y el Señor hizo que los egipcios muriesen anegados por el mar. Las aguas, al juntarse, engulleron carros y caballería, y a todo el ejército del faraón que había entrado en el mar en persecución de los israelitas. No se salvó ni uno.
ÉXODO 14:26-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero el Señor dijo a Moisés: –Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua vuelva y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería. Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su estado normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los derribó en medio de él. Al volver el agua a su estado normal, cubrió los carros y la caballería y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo.
ÉXODO 14:26-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios y contra sus carros y jinetes». Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al despuntar el alba, el agua volvió a su estado normal. Los egipcios, en su huida, se toparon con el mar, y así el SEÑOR los hundió en el fondo del mar. Al recobrar las aguas su estado normal, se tragaron todos los carros y jinetes del faraón, y a todo el ejército que había entrado al mar para perseguir a los israelitas. Ninguno de ellos quedó con vida.
ÉXODO 14:26-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pero el Señor dijo a Moisés: —Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y su caballería. Moisés extendió su mano sobre el mar y, cuando amanecía, el mar se volvió con toda su fuerza; al huir, los egipcios se encontraban con el mar. Así derribó el Señor a los egipcios en medio del mar, pues al volver las aguas, cubrieron los carros, la caballería y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó ni uno de ellos.