Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

ESTER 6:1-13

ESTER 6:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)

Aquella noche, como el rey estaba desvelado, mando que le trajeran el libro de los anales de la historia nacional para que se lo leyesen. En él encontraron escrito que Mardoqueo había delatado a Bigtán y Teres, dos eunucos de la guardia real, que habían planeado atentar contra el rey Asuero. El rey preguntó: —¿Qué honor o reconocimiento se concedió a Mardoqueo por esto? Los cortesanos a su servicio respondieron: —No se le concedió ninguno. Entonces el rey preguntó: —¿Quién está en el patio? Amán acababa de entrar en el patio exterior del palacio para solicitar al rey que ordenara colgar a Mardoqueo en la horca que le estaba preparando. Los cortesanos le respondieron: —Es Amán el que está en el patio. —¡Hacedlo pasar! —ordenó el rey. Cuando Amán hubo entrado, el rey le preguntó: —¿Qué se puede hacer por una persona a quien el rey desea honrar? Amán dijo para sí: «¿A quién va a querer el rey honrar sino a mí?». Así que respondió al rey: —Para esa persona a la que el rey quiere honrar habría que mandar traer vestiduras reales, de las que usa su majestad, un caballo de los que monta el rey, y un distintivo real para su cabeza. La vestidura y el caballo se entregarían a uno de los más dignos funcionarios reales, para que él mismo vista a la persona a la que el rey quiere honrar; luego la paseará a caballo por la plaza de la ciudad, pregonando ante ella: «¡Así se agasaja a quien el rey quiere honrar!». Entonces dijo el rey a Amán: —Vete de inmediato, toma las vestiduras y el caballo, como acabas de sugerir, y haz eso mismo con Mardoqueo, el judío que está sentado a la puerta del palacio real. No descuides ningún detalle de lo que has dicho. Así pues, Amán tomó las vestiduras y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo paseó a caballo por la plaza de la ciudad, pregonando ante él: «¡Así se agasaja a quien el rey quiere honrar!». Después, mientras Mardoqueo volvía a la puerta real, Amán se dirigió a su casa entristecido y tapándose la cara. Amán contó a Zeres, su mujer, y a todos sus amigos lo que había sucedido. Zeres y sus consejeros le dijeron: —Si ese Mardoqueo, ante el cual estás empezando a caer, es de raza judía, no podrás vencerlo. Sin duda que acabarás fracasando.

Compartir
Lee ESTER 6

ESTER 6:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Aquella misma noche, como el rey no lograra dormir, mandó que le llevasen el libro en el que se escribían todos los sucesos importantes de la nación, para que se lo leyesen. En él encontraron el relato de cómo Mardoqueo había descubierto el complot preparado por Bigtán y Teres, oficiales de la guardia real, para asesinar al rey Asuero. Entonces el rey preguntó: –¿Qué recompensa y honor ha recibido Mardoqueo por esa acción? –Absolutamente nada –respondieron sus funcionarios. En aquel momento entró Amán en el patio al que daban las habitaciones particulares del rey, para pedirle que Mardoqueo fuera colgado en la horca que había mandado preparar. –¿Quién anda en el patio? –preguntó el rey. –Es Amán –contestaron los funcionarios. –¡Hacedle pasar! –ordenó. Amán entró, y el rey le preguntó: –¿Qué debe hacerse al hombre a quien el rey quiere honrar? Amán se dijo a sí mismo: “¿Y a quién va a querer honrar el rey, sino a mí?” Así que respondió: –Para ese hombre deberá traerse la misma túnica que usa Su Majestad, y un caballo de los que Su Majestad monta, que lleve en la cabeza una corona real. La túnica y el caballo se le entregarán a uno de los más grandes personajes del gobierno, para que él mismo vista al hombre a quien Su Majestad quiere honrar y lo conduzca a caballo por la plaza de la ciudad, gritando delante de él: ‘¡Así se trata al hombre a quien el rey quiere honrar!’ Entonces el rey dijo a Amán: –Pues date prisa, toma la túnica y el caballo, tal como has dicho, y haz todo eso con el judío Mardoqueo, que está sentado a la puerta del palacio. No dejes de cumplir ninguno de los detalles que has indicado. Amán tomó la túnica y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, gritando delante de él: “¡Así se trata al hombre a quien el rey quiere honrar!” Concluido el paseo, Mardoqueo volvió a la puerta del palacio, y Amán se fue a toda prisa a su casa, triste y cubriéndose la cara. Luego contó a su mujer y a sus amigos todo lo que había pasado, y ellos le dijeron: –Si ese Mardoqueo, ante el cual has comenzado a perder autoridad, es judío, no podrás vencerlo, sino que fracasarás por completo.

Compartir
Lee ESTER 6

ESTER 6:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Aquella noche el rey no podía dormir, así que mandó que le trajeran las crónicas reales —la historia de su reino— y que se las leyeran. Allí constaba que Mardoqueo había delatado a Bigtán y Teres, dos de los eunucos del rey, miembros de la guardia, que habían tramado asesinar al rey Asuero. ―¿Qué honor o reconocimiento ha recibido Mardoqueo por esto? —preguntó el rey. ―No se ha hecho nada por él —respondieron sus ayudantes personales. Amán acababa de entrar en el patio exterior del palacio para pedirle al rey que colgara a Mardoqueo en la estaca que había mandado levantar para él. Así que el rey preguntó: ―¿Quién anda en el patio? Sus ayudantes respondieron: ―El que anda en el patio es Amán. ―¡Que pase! —ordenó el rey. Cuando entró Amán, el rey le preguntó: ―¿Cómo se debe tratar al hombre a quien el rey desea honrar? Entonces Amán dijo para sí: «¿A quién va a querer honrar el rey sino a mí?» Así que contestó: ―Para el hombre a quien el rey desea honrar, que se mande traer una vestidura real que el rey haya usado, y un caballo en el que haya montado y que lleve en la cabeza un adorno real. La vestidura y el caballo deberán entregarse a uno de los funcionarios más ilustres del rey, para que vista al hombre a quien el rey desea honrar, y que lo pasee a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: “¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!” ―Ve de inmediato —le dijo el rey a Amán—, toma la vestidura y el caballo, tal como lo has sugerido, y haz eso mismo con Mardoqueo, el judío que está sentado a la puerta del rey. No descuides ningún detalle de todo lo que has recomendado. Así que Amán tomó la vestidura y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo llevó a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: «¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!» Después Mardoqueo volvió a la puerta del rey. Pero Amán regresó apurado a su casa, triste y tapándose la cara. Y les contó a Zeres, su esposa, y a todos sus amigos todo lo que le había sucedido. Entonces sus consejeros y su esposa Zeres le dijeron: ―Si Mardoqueo, ante quien has comenzado a caer, es de origen judío, no podrás contra él. ¡Sin duda acabarás siendo derrotado!

Compartir
Lee ESTER 6

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad