EFESIOS 3:1-8
EFESIOS 3:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Por eso yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús para bien de vosotros, los gentiles. Seguramente habéis oído de la misión que Dios, por su gracia, me encomendó a favor de vosotros. Me refiero al misterio que me fue declarado por revelación, como ya os lo había escrito brevemente. Al leerlo podéis comprobar que conozco el misterio de Cristo, misterio que no se dio a conocer en otros tiempos a la humanidad, tal y como ahora ha sido revelado, por medio del Espíritu, a sus santos apóstoles y profetas. Ahora sabemos que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio. De este evangelio yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la acción de su poder. A mí, que soy el más insignificante de todos los creyentes, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las insondables riquezas de Cristo
EFESIOS 3:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Por todo lo cual yo, Pablo, soy prisionero de Cristo Jesús por amor a vosotros, los de origen pagano. Sin duda estáis enterados de la misión que Dios, en su benevolencia, ha tenido a bien confiarme con respecto a vosotros. Fue una revelación de Dios la que me dio a conocer el plan secreto del que os he escrito más arriba brevemente. Leyéndolo podréis comprobar cuál es mi conocimiento de ese plan secreto realizado en Cristo. Se trata del plan que Dios tuvo escondido para las generaciones pasadas, y que ahora, en cambio, ha dado a conocer, por medio del Espíritu, a sus santos apóstoles y profetas. Un plan que consiste en que los paganos comparten la misma herencia, son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa que ha hecho Cristo Jesús por medio del evangelio, del que la gracia y el gran poder de Dios me han constituido servidor. A mí, que soy el más insignificante de todos los creyentes, se me ha concedido este privilegio: anunciar a los paganos la incalculable riqueza de Cristo
EFESIOS 3:1-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por esta razón, yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús para bien de los que no sois judíos. Pues sin duda ya sabéis que Dios, en su bondad, me ha confiado esta tarea en vuestro favor. Dios me reveló su designio secreto: me lo dio a conocer, como ya os he escrito brevemente. Leyendo mi carta podréis daros cuenta de que conozco el designio secreto de Cristo, designio que no fue dado a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. Tal designio secreto consiste en que los no judíos reciben mediante el evangelio la misma herencia que los judíos, pues son miembros del mismo cuerpo y tienen parte en la misma promesa que Dios hizo en Cristo Jesús. Yo, sin merecerlo, he sido puesto al servicio de este mensaje por la acción poderosa de Dios. Yo soy menos que el más pequeño de todos los que pertenecen al pueblo santo, pero él me ha concedido este privilegio de anunciar a los no judíos la buena noticia de las incontables riquezas de Cristo.
EFESIOS 3:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por esta razón yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de vosotros los gentiles, me arrodillo en oración. Sin duda os habéis enterado del plan de la gracia de Dios que él me encomendó para vosotros, es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación, como ya os escribí brevemente. Al leer esto, podréis daros cuenta de que comprendo el misterio de Cristo. Ese misterio, que en otras generaciones no se dio a conocer a los seres humanos, ahora se ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios; es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio. De este evangelio llegué a ser servidor. Este fue el regalo que Dios me dio por su gracia, conforme a su poder eficaz. Aunque soy el más insignificante de todos los santos, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo