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EFESIOS 1:1-12

EFESIOS 1:1-12 La Palabra (versión española) (BLP)

Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, a los miembros del pueblo de Dios que residen en Éfeso y creen en Cristo Jesús. Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. Alabemos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por medio de Cristo nos ha bendecido con toda suerte de bienes espirituales y celestiales. Él nos ha elegido en la persona de Cristo antes de crear el mundo, para que nos mantengamos sin mancha ante sus ojos, como corresponde a consagrados a él. Amorosamente nos ha destinado de antemano, y por pura iniciativa de su benevolencia, a ser adoptados como hijos suyos mediante Jesucristo. De este modo, la bondad tan generosamente derramada sobre nosotros por medio de su Hijo querido, se convierte en himno de alabanza a su gloria. Con la muerte de su Hijo, y en virtud de la riqueza de su bondad, Dios nos libera y nos perdona los pecados. ¡Qué derroche de gracia sobre nosotros, al llenarnos de sabiduría e inteligencia y darnos a conocer sus designios más secretos! Los designios que benévolamente había decidido realizar por medio de Cristo, llevando la historia a su punto culminante y haciendo que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, recuperen en Cristo su unidad. El mismo Cristo en quien también nosotros participamos de la herencia a la que hemos sido destinados de antemano según el designio del Dios que todo lo hace de acuerdo con los planes de su libre decisión. Así, nosotros, los que habíamos puesto nuestra esperanza en el Mesías, nos convertiremos en himno de alabanza a su gloria.

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EFESIOS 1:1-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los que en la ciudad de Éfeso forman parte del pueblo santo y por la fe están unidos a Cristo Jesús. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros. Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en nuestra unión con Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para estar en su presencia santos y sin falta. Por su amor nos destinó a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme a lo que se había propuesto en su voluntad. Por esta causa alabamos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. En su gran amor, Dios nos ha liberado por la sangre que su Hijo derramó, y ha perdonado nuestros pecados. Dios nos ha mostrado su amor dándonos toda sabiduría y entendimiento, y nos ha hecho conocer su designio secreto, o sea el plan que él mismo se había propuesto llevar a cabo. Según este plan, que se cumplirá fielmente a su debido tiempo, Dios va a unir bajo el gobierno de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra. Dios nos había escogido de antemano para que por nuestra unión con Cristo recibiéramos nuestra parte en la herencia, de acuerdo con el propósito de Dios, que todo lo hace según su buen parecer. Y lo ha hecho así a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, vivamos para que Dios sea alabado por su grandeza.

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