ECLESIASTÉS 3:1-11
ECLESIASTÉS 3:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo cosechar, tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar, tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar, tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntarlas, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar, tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de desechar, tiempo de rasgar y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar, tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho obtiene el que trabaja de aquello en que se afana? He visto el trabajo que Dios ha dado a los seres humanos para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón de los mortales, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin.
ECLESIASTÉS 3:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Todas las cosas bajo el sol tienen un tiempo y un momento: Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado. Hay un tiempo para matar y un tiempo para curar; un tiempo para destruir y un tiempo para construir. Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para hacer duelo y un tiempo para bailar. Hay un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse. Hay un tiempo para buscar y un tiempo para perder; un tiempo para guardar y un tiempo para tirar. Hay un tiempo para rasgar y un tiempo para coser; un tiempo para callar y un tiempo para hablar. Hay un tiempo para amar y un tiempo para odiar; un tiempo de guerra y un tiempo de paz. ¿Qué ganancia saca el trabajador de sus fatigas? He observado la tarea que Dios ha impuesto a los seres humanos para que se dediquen a ella: todo lo hizo hermoso y a su tiempo, e incluso les hizo reflexionar sobre el sentido del tiempo, sin que el ser humano llegue a descubrir la obra que Dios ha hecho de principio a fin.
ECLESIASTÉS 3:1-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En este mundo todo tiene su hora. Hay una momento para todo cuanto ocurre: Un momento para nacer y un momento para morir. Un momento para plantar y un momento para arrancar. Un momento para matar y un momento para sanar. Un momento para destruir y un momento para edificar. Un momento para llorar y un momento para reir. Un momento para el duelo y un momento para la fiesta. Un momento para lanzar piedras y un momento para recogerlas. Un momento para abrazarse y un momento para separarse. Un momento para intentar y un momento para desistir. Un momento para guardar y un momento para desechar. Un momento para rasgar y un momento para coser. Un momento para callar y un momento para hablar. Un momento para amar y un momento para odiar. Un momento para la guerra y un momento para la paz. ¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar? Me doy cuenta de la carga que Dios ha puesto sobre los hombres para humillarlos con ella. Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará.
ECLESIASTÉS 3:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para plantar y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir y un tiempo para construir; un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto y un tiempo para saltar de gozo; un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar y un tiempo para desechar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser; un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz. ¿Qué provecho saca quien trabaja de tanto afanarse? He visto la tarea que Dios ha impuesto al género humano para abrumarlo con ella. Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.