ECLESIASTÉS 2:20-26
ECLESIASTÉS 2:20-26 Reina Valera 2020 (RV2020)
El desánimo volvió a dominar mi corazón al ver todo el trabajo en que me afané, y en el que había ocupado bajo el sol mi sabiduría. ¡Que el ser humano trabaje con sabiduría, con ciencia y rectitud, y que haya de dar sus bienes a otro que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y un gran mal. Porque ¿qué saca el ser humano de tanto trabajar, fatigarse y afanarse bajo el sol? Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias, pues ni aun de noche su corazón reposa. Esto también es vanidad. No hay nada mejor para el ser humano que comer y beber, y gozar del fruto de su trabajo. He visto que esto también procede de la mano de Dios. Porque, ¿quién puede comer y cuidarse mejor que uno mismo? A quien le agrada, Dios le concede sabiduría, ciencia y alegría; pero al pecador le da el trabajo de recoger y amontonar, para dejárselo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
ECLESIASTÉS 2:20-26 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Al ver lo que yo había hecho en este mundo, lamenté haber trabajado tanto, pues hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan sólo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. ¡Y también esto es vana ilusión y una gran injusticia! En fin, ¿qué saca el hombre de tanto trabajar y preocuparse en este mundo? Toda su vida es de sufrimientos, es una carga molesta; ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y esto también es vana ilusión! Lo mejor que puede hacer el hombre es comer, beber y disfrutar del fruto de su trabajo, pues he encontrado que también esto viene de parte de Dios. Porque, ¿quién puede comer o gozar, si no es por él? De hecho, Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien él mira con buenos ojos; pero al que peca, le deja la carga de prosperar y amontonar tesoros para luego dárselos a quien él mira con buenos ojos. ¡También esto es vana ilusión y querer atrapar el viento!
ECLESIASTÉS 2:20-26 La Palabra (versión española) (BLP)
Así que terminé decepcionado de todo mi trabajo y fatiga bajo el sol. Porque a menudo quien trabaja con sabiduría, ciencia y eficacia tiene que dejar su recompensa a quien no la ha trabajado. ¡También esto es ilusión y gran desgracia! ¿Qué le queda, entonces, al ser humano de todas las fatigas y afanes que lo atarean bajo el sol? Todos sus días son dolorosos, su tarea penosa, y ni de noche descansa. ¡También esto es ilusión! No hay para el ser humano más felicidad que comer, beber y disfrutar de su trabajo, pues he descubierto que también esto es don de Dios, y nadie come ni disfruta sin su consentimiento. A quien le agrada, Dios le concede sabiduría, ciencia y alegría; pero al pecador le impone la tarea de recoger y acumular para dejárselo al que agrada a Dios. ¡También esto es ilusión y vano afán!
ECLESIASTÉS 2:20-26 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado tanto en esta vida, pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme! Pues, ¿qué gana el hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es absurdo! Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios? En realidad, Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado; en cambio, al pecador le impone la tarea de acumular más y más, para luego dárselo todo a quien es de su agrado. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!