ECLESIASTÉS 10:11-20
ECLESIASTÉS 10:11-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
Si la serpiente muerde antes de ser encantada, de nada sirve el encantador. Las palabras del sabio están llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina. El necio comienza hablando necedades, y termina diciendo graves tonterías. El necio multiplica sus palabras. Si nadie sabe lo que ha de acontecer, ¿quién le hará saber lo que después de él será? Tanto fatiga a los necios el trabajo, que ni aun saben por dónde ir a la ciudad. ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es un muchacho, y tus príncipes banquetean desde la mañana! ¡Dichosa tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles y tus príncipes comen a su hora para reponer sus fuerzas y no para beber! Por la pereza se cae la techumbre, y por cruzarse de brazos hay goteras en la casa. Para divertirse se hace el banquete, para alegrarse se hace el vino y el dinero responde por todo. Ni aun en tu pensamiento maldigas al rey, ni en lo secreto de tu alcoba hables mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, los seres alados se lo harán saber.
ECLESIASTÉS 10:11-20 La Palabra (versión española) (BLP)
Si la serpiente muerde porque no ha sido encantada, no hay ganancia para el encantador. Las palabras del sabio provocan la estima, las del necio causan su ruina. El comienzo de su discurso es necedad; su conclusión, fatal desvarío. El necio habla demasiado y como nadie conoce el futuro, nadie le anunciará lo que ha de suceder. El trabajo hastía tanto al necio, que ni siquiera sabe cómo ir a la ciudad. ¡Ay del país donde reina un muchacho, y cuyos nobles banquetean de madrugada! ¡Dichoso el país donde reina un noble y cuyos príncipes comen a su hora, para recobrar fuerzas y no para emborracharse! Al perezoso se le hunde el techo, al ocioso se le llena la casa de goteras. Para divertirse se celebran banquetes, el vino alegra la vida y el dinero todo lo arregla. Ni en tu fuero interno maldigas al rey, ni en tu propia alcoba maldigas al rico; porque un pájaro del cielo correrá la voz y un ser alado contará el asunto.
ECLESIASTÉS 10:11-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
Si la serpiente muerde antes de ser encantada, de nada sirve el encantador. Las palabras del sabio están llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina. El necio comienza hablando necedades, y termina diciendo graves tonterías. El necio multiplica sus palabras. Si nadie sabe lo que ha de acontecer, ¿quién le hará saber lo que después de él será? Tanto fatiga a los necios el trabajo, que ni aun saben por dónde ir a la ciudad. ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es un muchacho, y tus príncipes banquetean desde la mañana! ¡Dichosa tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles y tus príncipes comen a su hora para reponer sus fuerzas y no para beber! Por la pereza se cae la techumbre, y por cruzarse de brazos hay goteras en la casa. Para divertirse se hace el banquete, para alegrarse se hace el vino y el dinero responde por todo. Ni aun en tu pensamiento maldigas al rey, ni en lo secreto de tu alcoba hables mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, los seres alados se lo harán saber.
ECLESIASTÉS 10:11-20 La Palabra (versión española) (BLP)
Si la serpiente muerde porque no ha sido encantada, no hay ganancia para el encantador. Las palabras del sabio provocan la estima, las del necio causan su ruina. El comienzo de su discurso es necedad; su conclusión, fatal desvarío. El necio habla demasiado y como nadie conoce el futuro, nadie le anunciará lo que ha de suceder. El trabajo hastía tanto al necio, que ni siquiera sabe cómo ir a la ciudad. ¡Ay del país donde reina un muchacho, y cuyos nobles banquetean de madrugada! ¡Dichoso el país donde reina un noble y cuyos príncipes comen a su hora, para recobrar fuerzas y no para emborracharse! Al perezoso se le hunde el techo, al ocioso se le llena la casa de goteras. Para divertirse se celebran banquetes, el vino alegra la vida y el dinero todo lo arregla. Ni en tu fuero interno maldigas al rey, ni en tu propia alcoba maldigas al rico; porque un pájaro del cielo correrá la voz y un ser alado contará el asunto.
ECLESIASTÉS 10:11-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿De qué sirve un encantador, si la serpiente muerde antes de ser encantada? Las palabras del sabio le atraen simpatías, pero las del necio son su propia ruina: comienza diciendo puras tonterías y acaba diciendo las peores estupideces. ¡Al necio no le faltan las palabras! ¿Quién puede decir lo que ha de suceder, si nadie sabe nada del futuro? Tanto se mata el necio trabajando, que no sabe ni el camino a la ciudad. ¡Ay del país que tiene por rey a un chiquillo, y en el que sus príncipes amanecen en banquetes! ¡Dichoso el país que tiene un rey honorable, y en el que los gobernantes comen a la hora debida, para reponer sus fuerzas y no para emborracharse! Al holgazán se le cae el techo; al que no hace nada, toda la casa. El pan es para disfrutarlo, y el vino, para gozar de la vida; mas para eso hace falta dinero. No critiques al rey ni siquiera con el pensamiento.
ECLESIASTÉS 10:11-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Si la serpiente muerde antes de ser encantada, no hay ganancia para el encantador. Las palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina; sus primeras palabras son necedades, y las últimas son terribles sandeces. ¡Pero no le faltan las palabras! Nadie sabe lo que ha de suceder, y lo que será aun después, ¿quién podría decirlo? El trabajo del necio tanto lo fatiga que ni el camino a la ciudad conoce. ¡Ay del país cuyo rey es un inmaduro, y cuyos príncipes banquetean desde temprano! ¡Dichoso el país cuyo rey es un noble, y cuyos príncipes comen cuando es debido, para reponerse y no para embriagarse! Por causa del ocio se viene abajo el techo, y por la pereza se desploma la casa. Para alegrarse, el pan; para gozar, el vino; para disfrutarlo, el dinero. No maldigas al rey ni con el pensamiento, ni en privado maldigas al rico, pues las aves del cielo pueden correr la voz. Tienen alas y pueden divulgarlo.