DANIEL 6:7-10
DANIEL 6:7-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real, y lo confirmes, con la orden de que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición a cualquier dios u hombre fuera de ti, nuestro rey, sea echado al foso de los leones. Ahora, majestad, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, que no puede ser abrogada. El rey Darío firmó el edicto y la prohibición. Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa; abrió las ventanas de su habitación que daban a Jerusalén, y tres veces al día se arrodillaba y oraba a su Dios, dándole gracias como solía hacerlo antes.
DANIEL 6:7-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Los ministros y sátrapas se presentaron inmediatamente ante el rey y le dijeron: —¡Larga vida al rey Darío! Los ministros del reino, prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores todos hemos pensado en la conveniencia de promulgar un real decreto con esta prohibición: «Durante treinta días nadie podrá dirigir una oración a cualquier otro dios o ser humano, salvo a ti, majestad. Quien lo haga, será arrojado al foso de los leones». Si te parece bien, majestad, firma este real decreto y sanciona así la prohibición, de modo que nadie pueda modificarlo, tal como se refleja en la ley irrevocable de los medos y los persas. El rey Darío firmó la prohibición.
DANIEL 6:7-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Reunidas en consejo todas las autoridades que gobiernan la nación, han acordado la publicación de un decreto real ordenando que durante treinta días nadie dirija una súplica a ningún dios ni hombre, sino solo a Su Majestad. Aquel que no obedezca será arrojado al foso de los leones. Por lo tanto, confirme Su Majestad el decreto, y fírmelo para que no pueda ser modificado, conforme a la ley de los medos y los persas, que no puede ser derogada. Ante esto, el rey Darío firmó el decreto. Cuando Daniel supo que el decreto había sido firmado, se fue a su casa, abrió las ventanas de su dormitorio, que estaba orientado hacia Jerusalén, y se arrodilló para orar y alabar a Dios. Esto lo hacía tres veces al día, tal como siempre lo había hecho.
DANIEL 6:7-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que el rey debería emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea el rey. Expida el rey ahora ese decreto, y póngalo por escrito. Así, conforme a la ley de los medos y los persas, no podrá ser revocado. El rey Darío expidió el decreto y lo puso por escrito. Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día.