COLOSENSES 2:6-10
COLOSENSES 2:6-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Por tanto, ya que habéis creído en el Señor Jesucristo, vivid en él, arraigados y sobreedificados en él; reafirmados en la fe, tal como habéis aprendido, creciendo en ella con acción de gracias. Tened cuidado de que nadie os seduzca por medio de filosofías y engaños infundados basados en tradiciones humanas y conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y en él vosotros estáis completos, pues él es la cabeza de todo principado y potestad.
COLOSENSES 2:6-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Puesto que habéis aceptado a Cristo Jesús como Señor, comportaos ahora de manera consecuente. Que él sea cimiento y raíz de vuestra vida; manteneos firmes en la fe, según lo que aprendisteis, y vivid en incesante acción de gracias. Estad alerta, no sea que alguien os engañe con especulaciones filosóficas o estériles disquisiciones que se apoyan en tradiciones humanas o en potencias cósmicas, y no en Cristo, en cuya humanidad habita toda la plenitud de la divinidad, y en el que, como cabeza de todo principado y de toda potestad, habéis alcanzado vuestra plenitud.
COLOSENSES 2:6-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso, así como aceptasteis al Señor Jesucristo, así también debéis vivir unidos a él, profundamente enraizados en él, firmemente fundados en él por la fe, como fuisteis enseñados, y dando siempre gracias a Dios. Tened cuidado y no os dejéis llevar por quienes os quieren engañar con teorías y falsos argumentos, pues ellos no se basan en Cristo, sino en las tradiciones de los hombres y en los poderes que dominan este mundo. Porque la plenitud de Dios se encuentra visiblemente en Cristo, y vosotros estáis llenos de Dios porque estáis unidos a Cristo, que es cabeza de todos los seres espirituales que tienen poder y autoridad.
COLOSENSES 2:6-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por eso, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús como Señor, vivid ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se os enseñó, y llenos de gratitud. Cuidaos de que nadie os cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que está de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo. Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, vosotros habéis recibido esa plenitud.