COLOSENSES 1:21-23
COLOSENSES 1:21-23 Reina Valera 2020 (RV2020)
También a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos tanto por vuestros pensamientos como por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo físico, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; siempre y cuando permanezcáis fundados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.
COLOSENSES 1:21-23 La Palabra (versión española) (BLP)
También vosotros estuvisteis en otro tiempo lejos de Dios y fuisteis sus enemigos por el modo de pensar y por las malas acciones. Ahora, en cambio, por la muerte que Cristo ha sufrido en su cuerpo mortal, Dios ha hecho la paz con vosotros para admitiros en su presencia como a pueblo consagrado, sin mancha y sin tacha. Es necesario, sin embargo, que permanezcáis sólidamente firmes e inconmovibles en la fe y que no traicionéis la esperanza contenida en el evangelio que escuchasteis y que ha sido proclamado a todas las criaturas que se encuentran bajo el cielo, y del que yo, Pablo, me he convertido en servidor.
COLOSENSES 1:21-23 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Vosotros erais antes extranjeros y enemigos de Dios en vuestro corazón, por las cosas malas que hacíais, pero ahora Cristo os ha reconciliado mediante la muerte que padeció en su cuerpo. Y lo hizo para que estéis en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa. Pero para esto debéis permanecer firmemente fundados en la fe, sin apartaros de la esperanza contenida en el mensaje del evangelio que oísteis. Este es el mensaje que se ha anunciado por todas partes en el mundo, y que yo, Pablo, ayudo a predicar.
COLOSENSES 1:21-23 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En otro tiempo vosotros, por vuestra actitud y vuestras malas acciones, estabais alejados de Dios y erais sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentaros santos, intachables e irreprochables delante de él, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte, con tal de que os mantengáis firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Este es el evangelio que vosotros oísteis y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.