COLOSENSES 1:19-29
COLOSENSES 1:19-29 La Palabra (versión española) (BLP)
Dios, en efecto, tuvo a bien hacer habitar en Cristo la plenitud y por medio de él reconciliar consigo a todos los seres: a los que están en la tierra y a los que están en el cielo, realizando así la paz mediante la muerte de Cristo en la cruz. También vosotros estuvisteis en otro tiempo lejos de Dios y fuisteis sus enemigos por el modo de pensar y por las malas acciones. Ahora, en cambio, por la muerte que Cristo ha sufrido en su cuerpo mortal, Dios ha hecho la paz con vosotros para admitiros en su presencia como a pueblo consagrado, sin mancha y sin tacha. Es necesario, sin embargo, que permanezcáis sólidamente firmes e inconmovibles en la fe y que no traicionéis la esperanza contenida en el evangelio que escuchasteis y que ha sido proclamado a todas las criaturas que se encuentran bajo el cielo, y del que yo, Pablo, me he convertido en servidor. Ahora me alegro de sufrir por vosotros. Así voy completando en mi existencia corporal, y en favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que aún falta al total de las tribulaciones de Cristo. Dios me ha hecho servidor de esa Iglesia y me ha confiado la tarea de llevar a plenitud en vosotros su palabra: el plan secreto que Dios tuvo escondido durante siglos y generaciones enteras, y que ahora ha revelado a los creyentes, dándoles a conocer la gloria y la riqueza que este plan encierra para los paganos. Me refiero a Cristo, que vive en vosotros y es la esperanza de la gloria. A este Cristo anunciamos, corrigiendo y enseñando a todos con el mayor empeño para que todos alcancen la plena madurez en su vida cristiana. Esta es la tarea por la que me afano y lucho con denuedo, apoyado en la fuerza de Cristo, que actúa poderosamente en mí.
COLOSENSES 1:19-29 Reina Valera 2020 (RV2020)
Porque al Padre le agradó que en él habitara toda la plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos, y hacer la paz mediante la sangre de su cruz. También a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos tanto por vuestros pensamientos como por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo físico, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; siempre y cuando permanezcáis fundados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro. Ahora me alegro de lo que sufro por vosotros y completo en mi cuerpo lo que falta de las aflicciones de Cristo a favor de su cuerpo, que es la Iglesia. De esa Iglesia fui hecho servidor, según el encargo que Dios me dio para vuestro bien de anunciar cumplidamente la palabra de Dios, esto es, el misterio que había estado oculto durante siglos y generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a los que en él creen. A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio para los gentiles, y que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. Nosotros anunciamos a Cristo, y amonestamos a todos y enseñamos en toda sabiduría, a fin de presentar a todo ser humano perfecto en Cristo Jesús. Para esto también trabajo, y lucho con toda la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí.
COLOSENSES 1:19-29 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Dios quiso habitar plenamente en Cristo, y por medio de Cristo quiso poner en paz consigo mismo al universo entero, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz. Vosotros erais antes extranjeros y enemigos de Dios en vuestro corazón, por las cosas malas que hacíais, pero ahora Cristo os ha reconciliado mediante la muerte que padeció en su cuerpo. Y lo hizo para que estéis en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa. Pero para esto debéis permanecer firmemente fundados en la fe, sin apartaros de la esperanza contenida en el mensaje del evangelio que oísteis. Este es el mensaje que se ha anunciado por todas partes en el mundo, y que yo, Pablo, ayudo a predicar. Ahora me alegro de lo que sufro por vosotros, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo. Dios ha hecho de mí un servidor de la iglesia, por el encargo que me dio para bien vuestro de anunciar en forma completa su mensaje, es decir, el designio secreto que desde hace siglos y generaciones tenía Dios escondido, pero que ahora ha manifestado a los suyos. A estos, Dios les quiso dar a conocer la gloriosa riqueza que ese designio encierra para los no judíos. Y ese designio secreto es Cristo, que habita en vosotros y que es la esperanza de la gloria que habéis de recibir. Nosotros anunciamos a Cristo, aconsejando y enseñando a todos en toda sabiduría para presentarlos perfectos en Cristo. Para esto trabajo y lucho con toda la fuerza y el poder que él me da.
COLOSENSES 1:19-29 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz. En otro tiempo vosotros, por vuestra actitud y vuestras malas acciones, estabais alejados de Dios y erais sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentaros santos, intachables e irreprochables delante de él, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte, con tal de que os mantengáis firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Este es el evangelio que vosotros oísteis y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor. Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por vosotros, y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la iglesia. De esta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para vosotros: el dar cumplimiento a la palabra de Dios, anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a sus santos. A estos Dios se propuso darles a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.