HECHOS 8:30-35
HECHOS 8:30-35 La Palabra (versión española) (BLP)
Felipe corrió hacia el carro y, al oír que su ocupante leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Entiendes lo que estás leyendo? El etíope respondió: —¿Cómo puedo entenderlo si nadie me lo explica? E invitó a Felipe a subir al carro y sentarse a su lado. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este: Como oveja fue llevado al sacrificio; y como cordero que no abre la boca ante el esquilador, tampoco él despegó sus labios . Por ser humilde no se le hizo justicia. Nadie hablará de su descendencia, porque fue arrancado del mundo de los vivos . El etíope preguntó a Felipe: —Dime, por favor, ¿de quién habla el profeta, de sí mismo o de otro? Felipe tomó la palabra y, partiendo de este pasaje de la Escritura, le anunció la buena noticia de Jesús.
HECHOS 8:30-35 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Felipe se acercó y oyó que el etíope leía el libro de Isaías. Le preguntó: –Pero ¿entiendes lo que estás leyendo? El etíope le contestó: –¿Cómo voy a entenderlo si no tengo quien me lo explique? Y pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este: “Fue llevado como oveja al matadero; como un cordero que calla delante de los que lo trasquilan, así tampoco abrió él la boca. Fue humillado y no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra.” El funcionario etíope preguntó a Felipe: –Dime, por favor, ¿a quién se refiere el profeta, a él mismo o a algún otro? Entonces Felipe, partiendo del pasaje de la Escritura que leía el etíope, le anunció la buena noticia acerca de Jesús.
HECHOS 8:30-35 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: ―¿Acaso entiendes lo que estás leyendo? ―¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: «Como oveja, fue llevado al matadero; y como cordero que enmudece ante su trasquilador, ni siquiera abrió su boca. Lo humillaron y no le hicieron justicia. ¿Quién describirá su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra». ―Dime, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe. Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús.