HECHOS 7:2-8
HECHOS 7:2-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Esteban respondió: —Hermanos israelitas y dirigentes de nuestra nación, escuchadme: Dios se apareció en el esplendor de su gloria a Abrahán, nuestro padre, cuando aún se hallaba en Mesopotamia, antes de establecerse en Jarán, y le dijo: Deja tu tierra y a tu familia y dirígete al país que yo te señale. Salió Abrahán de Caldea y se instaló en Jarán. Desde allí, cuando murió su padre, Dios lo trasladó a este país en el cual habitáis ahora. Sin embargo, no le entregó ni siquiera un palmo de tierra en herencia, pero sí prometió entregársela en propiedad a él y a sus descendientes, aun cuando Abrahán todavía no tenía hijos. Al mismo tiempo, Dios le manifestó que sus descendientes residirían en el extranjero, donde por espacio de cuatrocientos años se verían reducidos a la esclavitud y maltratados. Aunque también le dijo Dios: Someteré a juicio a la nación que los esclavice, y después saldrán de ella y me rendirán culto en este lugar. A continuación hizo con él un pacto que fue sellado por la circuncisión. Por eso Abrahán circuncidó a su hijo Isaac una semana después de nacer; lo mismo hizo Isaac con Jacob, y este con sus doce hijos, los patriarcas.
HECHOS 7:2-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
a lo que contestó: “Hermanos y padres, escuchadme: Nuestro glorioso Dios se mostró a nuestro antepasado Abraham cuando este se hallaba en Mesopotamia, antes que se fuera a vivir a Harán, y le dijo: ‘Deja tu tierra y a tus parientes y vete a la tierra que yo te mostraré.’ Entonces Abraham salió de Caldea y se fue a vivir a Harán. Después murió su padre, y Dios trajo a Abraham a esta tierra donde vosotros vivís ahora. Sin embargo, no le dio propiedad alguna en ella: ni siquiera un lugar donde poner el pie. Pero sí prometió dársela para que después de su muerte fuera de sus descendientes (aunque en aquel tiempo Abraham todavía no tenía hijos). Además, Dios le dijo que sus descendientes vivirían en tierra extranjera, y que serían esclavos y los maltratarían durante cuatrocientos años. Pero también le dijo Dios: ‘Yo castigaré a la nación que los haga esclavos. Después saldrán de ella y me servirán en este lugar.’ En su pacto, Dios ordenó a Abraham la práctica de la circuncisión. Por eso, a los ocho días de haber nacido su hijo Isaac, Abraham lo circuncidó. Lo mismo hizo Isaac con su hijo Jacob, y Jacob lo hizo con los suyos, que fueron los padres de las doce tribus de Israel.
HECHOS 7:2-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Él contestó: ―Hermanos y padres, ¡escuchadme! El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando este aún vivía en Mesopotamia, antes de establecerse en Jarán. “Deja tu tierra y a tus parientes —le dijo Dios—, y ve a la tierra que yo te mostraré”. »Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Desde allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la que vosotros vivís ahora. No le dio herencia alguna en ella, ni siquiera dónde plantar el pie, pero le prometió dársela en posesión a él y a su descendencia, aunque Abraham no tenía ni un solo hijo todavía. Dios le dijo así: “Tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años. Pero, sea cual sea la nación que los esclavice, yo la castigaré, y después tus descendientes saldrán de esa tierra y me adorarán en este lugar”. Hizo con Abraham el pacto que tenía por señal la circuncisión. Así, cuando Abraham tuvo a su hijo Isaac, lo circuncidó a los ocho días de nacer, e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.
HECHOS 7:2-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Esteban respondió: —Hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán cuando estaba en Mesopotamia, antes de habitar en Harán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que yo te mostraré. Salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Harán. Muerto su padre, Dios le trasladó desde allí a esta tierra en la que vosotros habitáis ahora. No le dio en ella posesión alguna, ni siquiera para asentar un pie, pero prometió dársela a él, y a su descendencia, aunque Abrahán aún no tenía ningún hijo. Dios le anunció también que sus descendientes vivirían cuatrocientos años en otras tierras, como extranjeros, y que allí los esclavizarían y serían maltratados. Mas yo juzgaré —dijo Dios— a la nación que los esclaviza, y después saldrán de ella y me rendirán culto en este lugar. Dios estableció con Abrahán el pacto de la circuncisión y así Abrahán engendró a Isaac y le circuncidó al octavo día. Isaac, a su vez, circuncidó a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.