HECHOS 6:1-7
HECHOS 6:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Por entonces, al crecer extraordinariamente el número de los discípulos, surgió un conflicto entre los creyentes de procedencia griega y los de origen hebreo. Aquellos se quejaban de que estos últimos no atendían debidamente a las viudas de su grupo cuando distribuían el sustento diario. Los Doce reunieron entonces al conjunto de los discípulos y les dijeron: —No conviene que nosotros dejemos de proclamar el mensaje de Dios para ocuparnos en servir a las mesas. Por tanto, hermanos, escoged entre vosotros a siete hombres de buena reputación, que estén llenos de Espíritu y de sabiduría, y les encomendaremos esta misión. Así podremos nosotros dedicarnos a la oración y a la proclamación del mensaje. Toda la comunidad aceptó de buen grado esta propuesta, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, y a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes, haciendo oración por ellos, les impusieron las manos. El mensaje de Dios se extendía y el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén. Incluso fueron muchos los sacerdotes que abrazaron la fe.
HECHOS 6:1-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En aquel tiempo, como el número de los creyentes iba aumentando, los de habla griega comenzaron a quejarse de los de habla hebrea, diciendo que las viudas griegas no eran bien atendidas en la distribución diaria de auxilios. Los doce apóstoles reunieron a todos los creyentes y les dijeron: –No está bien que nosotros dejemos de anunciar el mensaje de Dios para dedicarnos a la administración. Por eso, hermanos, buscad entre vosotros siete hombres de confianza, entendidos y llenos del Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos. Nosotros seguiremos orando y proclamando el mensaje de Dios. Todos estuvieron de acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, uno de Antioquía que antes se había convertido al judaísmo. Luego los presentaron a los apóstoles, que oraron y les impusieron las manos. El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la fe.
HECHOS 6:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
En aquellos días crecía el número de los discípulos y se produjeron murmuraciones de los discípulos de origen griego contra los de origen hebreo, pues se quejaban de que en la distribución diaria de ayuda sus viudas eran desatendidas. Así las cosas, los doce convocaron al conjunto de los discípulos, y les dijeron: —No está bien que dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Hermanos, escoged, pues, entre vosotros a siete hombres de buen testimonio, que estén llenos del Espíritu Santo y de sabiduría a quienes les encarguemos de esta labor. Así nosotros podremos dedicarnos a la oración y proclamación de la palabra. La propuesta agradó a toda la comunidad y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los elegidos fueron presentados ante los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos. La palabra del Señor se extendía y el número de los discípulos se multiplicaba rápidamente en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes aceptaban la fe.
HECHOS 6:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En aquellos días, al aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros, los apóstoles, descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escoged de entre vosotros a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra». Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos. Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.