HECHOS 4:1-4
HECHOS 4:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
Mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos. Estaban molestos de que enseñaran al pueblo y anunciaran en Jesús la resurrección de los muertos. Los detuvieron y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente porque era ya tarde. Pero muchos de los que habían oído la palabra creyeron, llegando a ser unos cinco mil, solo contando a los hombres.
HECHOS 4:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
Aún estaban Pedro y Juan hablando al pueblo, cuando se presentaron allí los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos. Estaban contrariados, porque los apóstoles seguían instruyendo al pueblo y proclamaban que la resurrección de entre los muertos se había realizado ya en la persona de Jesús. Así que los detuvieron y, en vista de que era ya tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero muchos de los que habían escuchado el discurso de Pedro abrazaron la fe, por lo que el número de creyentes varones alcanzó la cifra de unos cinco mil.
HECHOS 4:1-4 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Todavía Pedro y Juan estaban hablando a la gente, cuando llegaron los sacerdotes junto con el jefe de la guardia del templo y con los saduceos. Estaban irritados porque Pedro y Juan enseñaban a la gente diciendo que la resurrección de los muertos había quedado demostrada en el caso de Jesús. Los apresaron y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero muchos de los que habían escuchado el mensaje creyeron, de modo que el número de creyentes, contando solamente los hombres, llegó a cerca de cinco mil.
HECHOS 4:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Mientras Pedro y Juan hablaban a la gente, se presentaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y los saduceos. Estaban muy disgustados porque los apóstoles enseñaban a la gente y proclamaban la resurrección, que se había hecho evidente en el caso de Jesús. Prendieron a Pedro y a Juan y, como ya anochecía, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero muchos de los que oyeron el mensaje creyeron, y el número de estos, contando solo a los hombres, llegaba a unos cinco mil.