HECHOS 25:1-12
HECHOS 25:1-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Tres días después de llegar Festo a la provincia, fue de Cesarea a Jerusalén. Los principales sacerdotes y los más influyentes de los judíos se presentaron ante él con acusaciones contra Pablo y le pidieron como gracia que le trasladara a Jerusalén. Su intención era preparar una emboscada para matarle en el camino. Pero Festo respondió que Pablo debía seguir custodiado en Cesarea y que él mismo partiría para allá en breve. —Quienes de vosotros puedan —dijo—, vengan conmigo y si ese hombre ha cometido algún delito, presentad una acusación. Festo estuvo entre ellos no más de ocho o diez días y luego regresó a Cesarea. Al siguiente día se sentó en el tribunal y ordenó traer a Pablo. Cuando llegó, le rodearon los judíos que habían venido de Jerusalén y presentaron contra él muchas y graves acusaciones que no podían probar. Pablo se defendió diciendo: —No he cometido delito alguno ni contra la ley judía, ni contra el templo, ni contra César. Mas Festo, queriendo congraciarse con los judíos, le preguntó: —¿Quieres ir a Jerusalén para que yo juzgue allí tu causa? Pablo respondió: —Estoy ante el tribunal de César, y es aquí donde debo ser juzgado. Como bien sabes, yo no he cometido ningún delito contra los judíos. Si he cometido algo que merezca la pena de muerte, no rehúso morir; pero si los cargos que estos me hacen carecen de fundamento, nadie puede entregarme a los judíos. Apelo, pues, a César. Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: —A César has apelado, a César irás.
HECHOS 25:1-12 La Palabra (versión española) (BLP)
A los tres días de entrar en funciones como gobernador de la provincia, Festo se trasladó de Cesarea a Jerusalén. Una vez allí, se presentaron ante él los jefes de los sacerdotes y las más destacadas personalidades judías para formular sus demandas contra Pablo. Le rogaron, como favor especial, que dispusiera el traslado de Pablo a Jerusalén, con la intención de preparar una emboscada y matarlo en el camino. Pero Festo respondió que Pablo debía seguir custodiado en Cesarea y que él mismo iba a regresar allí pronto. Y añadió: —Que vuestros dirigentes me acompañen a Cesarea y presenten acusación contra ese hombre, si es que ha cometido algún delito. Festo pasó ocho o diez días entre ellos y después regresó a Cesarea. Al día siguiente ocupó su puesto en el tribunal y ordenó que hicieran comparecer a Pablo. Cuando este se presentó, los judíos llegados de Jerusalén lo acosaron imputándole muchas y graves culpas, de las cuales no podían presentar pruebas. Pablo, a su vez, se defendió diciendo: —No he cometido delito alguno ni contra la ley judía, ni contra el Templo, ni contra el emperador. Festo, que deseaba granjearse el favor de los judíos, dijo entonces a Pablo: —¿Quieres ir a Jerusalén para que yo juzgue allí tu causa? Pablo respondió: —Apelo al tribunal del emperador, que es donde debo ser juzgado. No he cometido ningún delito contra los judíos, como tú bien sabes. Si verdaderamente soy culpable y he cometido alguna acción que me haga reo de muerte, no me niego a morir. Pero si los cargos que se me hacen carecen de fundamento, nadie puede entregarme a los judíos. Apelo, pues, al emperador. Festo cambió impresiones con sus consejeros y respondió: —Al emperador has apelado, al emperador irás.
HECHOS 25:1-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Festo llegó para ocupar su puesto de gobernador, y tres días después se dirigió de Cesarea a Jerusalén. Allí los sacerdotes y los judíos más importantes le presentaron una demanda contra Pablo. Le pidieron, como favor especial, que ordenase el traslado de Pablo a Jerusalén. El plan de ellos era hacer que lo mataran en el camino; pero Festo contestó que Pablo estaba preso en Cesarea y que él mismo pensaba ir allá dentro de poco. Les dijo: –Por eso, vuestras autoridades deben ir conmigo a Cesarea, y si ese hombre ha cometido algún delito, allí podrán acusarle. Festo permaneció en Jerusalén ocho o diez días más, y luego regresó a Cesarea. Al día siguiente ocupó su asiento en el tribunal y ordenó que le llevaran a Pablo. Cuando Pablo entró, los judíos llegados de Jerusalén se acercaron y le acusaron de muchas cosas graves, aunque no pudieron probar ninguna de ellas. Pablo, a su vez, dijo en su defensa: –Yo no he cometido ningún delito, ni contra la ley de los judíos ni contra el templo ni contra el césar. Pero como Festo quería quedar bien con los judíos, preguntó a Pablo: –¿Quieres ir a Jerusalén para que yo juzgue allí tu caso? Pablo contestó: –Estoy ante el tribunal del césar, que es donde debo ser juzgado. Como tú bien sabes, nada malo he hecho contra los judíos. Si he cometido algún delito que merezca la pena de muerte, no me niego a morir; pero si no hay nada de cierto en las cosas de que me acusan, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. Pido que me juzgue el propio césar. Festo consultó entonces con sus consejeros y dijo: –Puesto que has pedido que te juzgue el césar, al césar irás.
HECHOS 25:1-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Tres días después de llegar a la provincia, Festo subió de Cesarea a Jerusalén. Entonces los jefes de los sacerdotes y los dirigentes de los judíos presentaron sus acusaciones contra Pablo. Insistentemente le pidieron a Festo que les hiciera el favor de trasladar a Pablo a Jerusalén. Lo cierto es que ellos estaban preparando una emboscada para matarlo en el camino. Festo respondió: «Pablo está preso en Cesarea, y yo mismo partiré en breve para allá. Que vayan conmigo algunos de vuestros dirigentes y formulen allí sus acusaciones contra él, si es que ha hecho algo malo». Después de pasar entre los judíos unos ocho o diez días, Festo bajó a Cesarea, y al día siguiente convocó al tribunal y mandó que le trajeran a Pablo. Cuando este se presentó, los judíos que habían bajado de Jerusalén lo rodearon, formulando contra él muchas acusaciones graves que no podían probar. Pablo se defendía: ―No he cometido ninguna falta ni contra la ley de los judíos ni contra el templo ni contra el emperador. Pero Festo, queriendo congraciarse con los judíos, le preguntó: ―¿Estás dispuesto a subir a Jerusalén para ser juzgado allí ante mí? Pablo contestó: ―Ya estoy ante el tribunal del emperador, que es donde se me debe juzgar. No he hecho ningún agravio a los judíos, como tú sabes muy bien. Si soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero, si no son ciertas las acusaciones que estos judíos formulan contra mí, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos para complacerlos. ¡Apelo al emperador! Después de consultar con sus asesores, Festo declaró: ―Has apelado al emperador. ¡Al emperador irás!