HECHOS 15:11-21
HECHOS 15:11-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
Lo que creemos es que, por la gracia del Señor Jesús, seremos salvos lo mismo que ellos. Toda la multitud calló y escuchaba a Bernabé y a Pablo contando las grandes señales y maravillas que Dios ha hecho por medio de ellos entre los gentiles. Al finalizar su relato, intervino Jacobo para decir: —Atendedme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios visitó a los gentiles por primera vez, para formar con ellos un pueblo que cree en su nombre. Esto concuerda con las palabras de los profetas, pues la Escritura dice: Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo caído de David. Repararé sus ruinas y lo volveré a levantar para que el resto de la humanidad busque al Señor , y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre. Así dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Mi consejo es que no se importune a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se indique por escrito que se aparten de la idolatría, de la inmoralidad sexual, del comer carne de animales ahogados, y de comer sangre. Porque en esas mismas ciudades hay, desde hace ya mucho tiempo, quienes leen y proclaman la ley de Moisés en las sinagogas todos los sábados.
HECHOS 15:11-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¡No puede ser! Más bien, como ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús. Toda la asamblea guardó silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo, que les contaron las señales y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Jacobo tomó la palabra y dijo: ―Hermanos, escuchadme. Simón nos ha expuesto cómo Dios desde el principio tuvo a bien escoger de entre los gentiles un pueblo para honra de su nombre. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito: »“Después de esto volveré y reedificaré la choza caída de David. Reedificaré sus ruinas, y la restauraré, para que busque al Señor el resto de la humanidad, todas las naciones que llevan mi nombre. Así dice el Señor, que hace estas cosas” conocidas desde tiempos antiguos. »Por lo tanto, yo considero que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios. Más bien debemos escribirles que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la inmoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados y de sangre. En efecto, desde tiempos antiguos Moisés siempre ha tenido en cada ciudad quien lo predique y lo lea en las sinagogas todos los sábados».
HECHOS 15:11-21 La Palabra (versión española) (BLP)
No ha de ser así, pues estamos seguros de que es la gracia de Jesús, el Señor, la que nos salva tanto a nosotros como a ellos. Toda la asamblea guardó silencio y se dispuso a escuchar la narración que Bernabé y Pablo hicieron de los prodigios y milagros que Dios había realizado por su conducto entre los no judíos. Al finalizar su relato, intervino Santiago para decir: —Atendedme, hermanos: Simón ha contado cómo, desde el principio, Dios se ha preocupado de los no judíos, escogiendo entre ellos un pueblo para sí. Esto concuerda con las declaraciones de los profetas, pues la Escritura dice: Después de esto volveré y reconstruiré la derruida casa de David. Reconstruiré sus ruinas y la pondré de nuevo en pie. Buscarán así al Señor los que hayan quedado, junto con las naciones todas que han sido consagradas a mí . Así lo dice el Señor que realiza todas estas cosas, por él conocidas desde tiempo inmemorial. Por esta razón —continuó Santiago—, estimo que no deben imponerse restricciones innecesarias a los que, no siendo judíos, se convierten a Dios. Pero ha de indicárseles por escrito que se abstengan de contaminarse con los ídolos, así como de toda clase de inmoralidad sexual, de alimentarse de sangre y de comer carne de animales ahogados. Porque en esas mismas ciudades hay desde hace ya mucho tiempo quienes leen y proclaman la ley de Moisés en las sinagogas todos los sábados.
HECHOS 15:11-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En realidad, nosotros creemos que somos salvados gratuitamente por la bondad del Señor Jesús, lo mismo que ellos. Todos escucharon en silencio lo que Bernabé y Pablo decían acerca de las señales y milagros que Dios había hecho por medio de ellos entre los no judíos. Cuando terminaron de hablar, Santiago dijo: –Hermanos, oídme: Simón nos ha contado cómo Dios favoreció por primera vez a los no judíos, escogiendo también de entre ellos un pueblo para sí mismo. Esto está de acuerdo con lo que escribieron los profetas, como dice la Escritura: ‘Después de esto volveré y reconstruiré la casa caída de David; reconstruiré sus ruinas y la volveré a levantar, para que los demás busquen al Señor junto con todas las naciones que han sido consagradas a mi nombre. El Señor, que dio a conocer estas cosas desde tiempos antiguos, ha dado su palabra.’ “Por lo tanto, considero que no se debe imponer la carga de la ley a aquellos que, no siendo judíos, dejan sus antiguas creencias para seguir a Dios. Basta con escribirles que se aparten de todo lo que haya sido contaminado por los ídolos, que eviten toda inmoralidad sexual y que no coman carne de animales estrangulados o ahogados, ni tampoco sangre. Porque desde los tiempos antiguos hay en cada pueblo quienes predican la ley de Moisés, que se lee en las sinagogas todos los sábados.”